Roque dalton
Doradas cenizas del Fénix
Doradas Cenizas del fénix
pero del fénix de los Ingenios
rapto demorado de la belleza
que levanta su propio circo
palabra que se desintegra y se desintegra
en el kilometraje gratuito de la vida
oh despojos apenas
ingrato
viejo error
de la vieja pecera que me ladra en el pecho.
Ni lallave del olvido
ni el sol del amor
resisten vuestra mohosidad
integral
incorporadora
como una maldición
sales para cultivar el verdín de la muerte
despojos despojos
Doradas Cenizas del fénix.
(Doradas Cenizas del fénix, 1961-1963, México- La Habana)
Los dioses secretos
Somos los dioses secretos. Borrachos de agua de maíz quemado yojos
polvorientos, somos sin embargo los dioses secretos. Nadie puede
tocarnos dos veces con la misma mano. Nadie podría descubrir nuestra
huella en dos renacimientos o en dos muertes próximas. Nadie podría
decir cual es el humo de copal que ha sido nuestro. Por eso somos los
dioses secretos. El tiempo tiene pelos de azafrán, cara de anís, ritmo
de semilla colmada. Y solo para reírnoslo habitamos. Por eso somos los
dioses secretos. Todopoderosos en la morada de los todopoderosos, dueños de la travesura mortal y de un pedazo de la noche. ¿Quién nos midió que no enmudeciera para siempre? ¿Quién pronuncio en pregunta por nosotros sin extraviar la luz de la pupila? Nosotros señalamos el lugar de las tumbas, proponemos el crimen, mantenemos el horizonte en su lugar, desechandosus ímpetus mensuales. Somos los dioses secretos, los de la holganza furiosa. Y solo los círculos de cal nos detienen. Y la burla.
El vanidoso
Yo seria un gran muerto.
Mis vicios entonces lucirían como joyas antiguas
con esos deliciosos colores del veneno.
Habría flores de todos los aromas en mi tumba
e imitarían los adolescentes mis gestos dejubilo,
mis ocultas palabras de congoja.
Tal vez alguien diría que fui leal y fui bueno.
Pero solamente tu recordarías
mi manera de mirar a los ojos.
(El Turno Del Ofendido, 1961-1965, Mexico-La Habana-San
Salvador-Praga)
La Siguanaba
La que tenía los ojos como el agua profunda que se viste de negro con las piedras del fondo de la poza
la que tenía la piel apetecible
como la pulpa del níspero que mece al aire su miel entre los pájaros
la que tenía en la saliva el fuego de los peces
límpido pedernal del beso casto
para los climas del único lecho permitido
Sihuélut
choza y palacio hizo su cuerpo
de espíritus indignos
oidor y conversador hizo sucorazón
de negras lenguas invisibles
exagerado y ávido hizo su anhelo
de placeres vecinos del asco.
abandonó su marido y su hijo
-Cipitín Este, el del ombligo como una piedrecita de cacao-
y dedicóse a vivir al pie de la lascivia
al lado de las palabras que causan dolor.
Iracundo su ánimo
lejos sus previsiones del orden de los dioses
hechizó a ese hombre que la quisoentre todos
que hizo posible un día el florecimiento de su vientre
poniéndole abejas furiosas en el cerebro
que dejaron la tenue tela de su razón
agujereada como una red de mar.
Tlaloc ha puesto en ella sus ojos iracundos.
(Los Testimonios, Mexico-La Habana-Praga-La Habana, 1962-1968)
América latina
El poeta cara a cara con la luna
fuma sumargarita emocionante
bebe su dosis de palabras ajenas
vuela con sus pinceles de rocío
rasca su violincito pederasta.
Hasta que se destroza los hocicos
en el áspero muro de un cuartel.
Los locos
A los locos no nos quedan bien los nombres.
Los demás seres
llevan sus nombres como vestidos nuevos,
los balbucean al fundar...
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