Roquieu

Ejército y sindicatos: los militares argentinos en el sistema peronista (Roquieu

Mientras Perón iba ganándose el apoyo del pueblo y preparaba el futuro, el régimen militar se endurecía acelerando así su descomposición.
Cada derrota de las potencias del Eje era festejada ruidosamente por los opositores al régimen. Los partidos democráticos y los grupos económicos dominantes, organizaronmanifestaciones callejeras que fueron apoyadas por el establishment público y social. La enérgica represión de esas concentraciones y la prohibición hecha al as radios de comentar ciertos acontecimientos de la actualidad europea contribuían a confirmar, tanto dentro como fuera del país, la culposa afinidad del régimen con los estados fascistas derrotados.
El gobierno respondía con medidas autoritariasa las expectativas de la opinión pública, que estaba cansada de un régimen de excepción imprevisible e irritable.
Algunos opositores exigían que el gobierno renunciara para garantizar elecciones libres. Los socialistas argentinos habían elegido hacer pasar la legalidad democrática antes que los intereses de los trabajadores, con esta actitú el partido socialista se suicido políticamente (palabrasde Roquieu); para colmo, se lo consideraba el corazón, si no el cerebro, de una oposición que reunía a la izquierda ortodoxa y a las organizaciones patronales en contra de la política del gobierno.
En Abril, el vicepresidente Perón hizo distribuir en la prensa que no pensaba ni tenia intenciones de postularse a ninguna candidatura para calmar los ánimos. Los militares, aunque preocupados por laactividad desbordante del “Primer trabajador”, también se daban cuenta de que era el único que podía garantizar, en el plano corporativo y político, los objetivos del movimiento revolucionario del 4 de junio. Una solución legal que no pusiera en tela de juicio a la institución militar.
Farrel anuncia, siguiendo la política de apaciguamiento, que se convocaría a elecciones libres sin fraude nicandidato oficial. Lo que menos deseaba el vicepresidente era deber el poder a sus camaradas de armas, porque necesitaba una legitimidad popular indiscutible para alcanzar los objetivos que se había fijado. Esto le brindaría una indiscutible autoridad.
Los generales y coroneles fieles a Perón aceptaron jugar entonces, en condiciones poco propicias, la carta de acercamiento con los radicales. Elapoyo de una fracción de la UCR al régimen militar o a un candidato surgido de lar evolución de junio, le daría a éste un barniz democrático.
Algunos ya estaban tratando de confiar responsabilidades locales o provinciales a radicales. El lance imprevisto fue el nombramiento de Quijano en el ministerio del Interior. Este caudillo radical no era una personalidad de 1er plano de la UCR. Era un conocidoestanciero que su pase con el oficialismo fue un golpe duro para el partido radical.
La ofensiva de seducción radical prosiguió con el ingreso al Ministerio de Hacienda de Armando Antille. Luego un ex diputado radical (Juan I. Cooke) recibía la carta de Relaciones Exteriores. Era el hombre más indicado para “Normalizar” la diplomacia argentina y volver a consagrarse con EEUU.
A pesar de todo semalogro el intento de captar a los radicales. La UCR se negó a entrar contacto con el poder y decidió expulsar a todo adherente que aceptara alguna posición del gobierno.

El ejercito entre Perón y la revolución
Las intrigas políticas de un coronel ambicioso que utilizaba a los partidos y a los sindicatos causaron verdadero malestar en el seno de las FFAA. Todos los oficiales consideraban queel gobierno en funciones era suyo.
Con excepción de un pequeño número de generales, los oficiales del ejército se negaban a volver a la situación anterior al 4 de junio de 1943. Para ellos, los políticos, la “democracia liberal” incluso, habían fracasado en la tarea de preparar humana y militarmente al país para la guerra. La situación internacional era demasiado difícil, y los responsables de...