Rosée

Rosée
Ma. de Jesús Mártir Velázquez
…y desperté débil de mi largo letargo, pero otra vez era de la vida.
Dicen que estuve en cama, agotada, enferma por varios crepúsculos y el despertar de cada aurora era una esperanza para los míos; poco a poco fui recobrando la conciencia…
Con el paso de los años me he dado cuenta que el propósito fundamental de la escuela actual es informar quela delicada tarea de formar, de educar, ha pasado a segundo término; y yo afirmo hoy que la familia es la que educa, la que nos da las primeras lecciones de amor, de disciplina, de obediencia; juro que yo no emprendí este viaje por haber faltado a ella, viaje que por poco pago con mi vida.
Pero, ¿quién soy? Me llamo Rosée mejor conocida como Rocío. Soy menudita, y aunque suenejactanciosa, soy muy linda, de belleza microscópica, pero eso no me quita lo encantadora que soy; tengo un cutis terso, una mirada transparente, cristalina, redondita con orgullo; y lo más fantástico es que ¡soy libre!, libre todo el día, puedo saltar, brincar, volar; subo a la copa de algunos árboles, jugueteo con sus hoja; algunas veces llego hasta los azahares de un limonero, me fascina tanto su olory su blancura. Y es cuando me pesa recordar: mi peor enemigo es la caída la fría noche que me tiene prisionera hasta el amanecer. ¡Ese es el precio que tengo que pagar por mi preciada libertad!
Como dije, soy preciosa, esa belleza la heredé de mi madre, esta agua de mirada límpida que canta notas melodiosas, siempre risueña hasta que el sol llega al cenit porque luego su cántico mengua en untriste susurro por la tarde. Y es que ignoraba que se debilita tanto al caer la noche porque ésta le roba el aliento hasta el amanecer; y nosotras, sus hijas sufrimos porque nos convertimos en diminutas gotitas presas; pero como en todas las familias, en la nuestra ha habido atrevidas que hacen gala de su ingenio para hacer pequeños viajes a aspirar el perfume de alguna flor vecina y se embriagantanto que jamás regresan.
Yo, por mi parte, jamás conocí a mi padre, y lo digo con orgullo y nostalgia, siempre hice mío el cariño de ese viejo sauce que se yergue desde hace siete décadas en medio de nuestro lago; cuando comenzaba a enfriar la tarde corría presurosa a refugiarme entre sus brazos, sin imaginar que transgredía las reglas tácitas de supervivencia establecidas ancestralmente,porque el alba ahí me sorprendió muchas veces.
Nunca hemos visto regresar a las que se fueron, eso motivó que yo jurara solemnemente que si llegara a viajar alguna vez, volvería con los míos, porque jamás olvidaré la tranquilidad que siento al escuchar la alegre voz de mi madre o el suave rumor de las hojas de mi padre, porque ellos serán mi bálsamo si volviera maltrecha o mi alegría porestar nuevamente juntos.
Lo que no comprendía antes de mi experiencia, es por qué siendo tan frágil, tan pequeñita, mis ilusiones, mis deseos de conocer el mundo, de explorar el horizonte, fueran tan grandes, pero ¡oh desilusión! Recuerdo ese aciago día; el amanecer lució gris, opaco, después del cierzo invernal que nos castigó toda la noche; pero cosa curiosa, siempre nos dijeron que es en estaépoca que nuestra belleza se vuelve más nítida; y yo, un poco coqueta, me despabilé en el umbral de nuestro hogar estirándome para que me vieran; así fue que me atrapó un vientecillo que nos seguía azotando; yo como niña que era no le di importancia cuando me alejó un tanto de mi barrio, me puse a juguetear con él y fue así que sin proponérmelo emprendí mi primera y única aventura.
Fuedivertido girar, girar y girar y convertirme en parte de ese torbellino que poco a poco crecía y que iba arrancando, cual viento de tormenta, lo que a su paso encontraba.
De pronto me sentí liberada, ignorante del lugar dónde me encontraba, no me preocupó ese ambiente húmedo, sólo sentía que flotaba y flotaba… poco a poco vislumbré mi difícil situación, comencé a ver cómo se movían bultos sobre la...