Rose
Florencia Vargas Voráckova
CASO CLINICO Una mujer primigesta. de 28 años de edad, sin antecedentes de importancia, acude al médico con motivo de su primera visita de control de embarazo. La paciente refiere que su esposo es un gran fumador y pregunta si esto puede influir sobre el desarrollo adecuado de su producto. La relación entre tabaquismo y producto de bajo peso al nacer es familiar al médico y recuerda el trabajo que Martin y Bracken efectuaron en 1982. Dicho estudio se realizó con el fin de evaluar los efectos del j‐:;tabaquismo pasivo de la madre sobre el peso del producto al nacer y sobre otras variables de crecimiento fetal. Para ello, estos autores entrevistaron a 4 186 mujeres (de un total de 6 219) que acudieron a los servicios de salud del área de New Haven, Estados Unidos, con motivo de su primera evaluación prenatal. El cuestionario abordó información sobre antecedentes ginecoobstetricos. Características demográficas. Métodos anticonceptivos, historia clínica y exposición a otros factores de riesgo. El tabaquismo pasivo se definió como la exposición de la embarazada al humo expelido por un fumador (que no fuera ella misma) durante un periodo mínimo de 2 h diarias. La información sobre el resultado del embarazo se obtuvo subsecuentemente de los expedientes clínicos respectivos. Cuando el peso del producto al nacer fue menor a 2 500 g, se consideró como peso bajo. Se obtuvo la información deseada en 3 858 productos únicos, de los cuales 3 610 nacieron a término. En 2 473 de estos últimos, la madre no fumó activamente durante el embarazo. Si se considera a las madres de productos a término y no fumadoras activas, 853 estuvieron expuestas pasivamente al humo del tabaco y 1 620, no. El porcentaje de productos con bajo peso al nacer fue de 2.34 en el primer grupo y de 0.86 en el segundo. A partir de este estudio ¿se puede afirmar que existe asociación entre tabaquismo pasivo y bajo peso al nacer? De ser así. ¿es ésta una asociación causal? DEFINICIONES Una asociación puede definirse como la dependencia estadística que existe entre dos o más factores, donde la ocurrencia de un factor aumenta (o disminuye) a medida que varía otro. Así, por ejemplo, la frecuencia de la hipertensión arterial aumenta a medida que se incrementa la edad de la población. La presencia de asociación no implica necesariamente causalidad. Una asociación causal (o relación de causa‐efecto) se manifiesta cuando el cambio en la frecuencia o intensidad de la exposición es seguido por un cambio en la frecuencia o intensidad del efecto. La exposición al bacilo de Koch y el desarrollo subsecuente de tuberculosis, o bien la administración de penicilina seguida de la curación de una faringo‐amigdalitis estreptocócica, son ejemplos de asociación causal. Las causas pueden ser de dos tipos, necesarias y suficientes. Los factores indispensables para el desarrollo de efectos, es decir, aquéllos sin los cuales los efectos nunca podrían aparecer, se conocen como causas necesarias. Así, en ausencia del bacilo de Koch no puede haber tuberculosis. Por otra parte, aquellos factores que, en conjunto (incluyendo la causa necesaria), siempre culminan con el desarrollo del efecto se denominan causas suficientes. En condiciones higíenico dietéticas adecuadas, una persona sana expuesta al bacilo de Koch difícilmente desarrolla tuberculosis; sin embargo, un sujeto que vive en situación de hacinamiento, malnutrición e inmunocompromiso tiene altas posibilidades de presentar la entidad. En este último caso, el bacilo de Koch es la causa necesaria que, aunada a hacinamiento, malnutrición y compromiso inmunitario, conforma el grupo de causas suficientes para el desarrollo de la enfermedad. En otra terminología. causa es equivalente a causa necesaria. y factores de riesgo. a causa suficiente (excepto la causa ...
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