Rosendo
“Los especialistas en levantar murallas y cavar fosos nos dicen: ‘Hasta aquí llega el género novela. Este es el límite de la poesía. He aquí la frontera que separa la literatura de ficción de la literatura de no ficción. Y lo más importante: que nadie se descuide ni se confunda. Hay celosos aduaneros separando la literatura de sus bajos fondos. El periodismo es unsuburbio de las bellas artes’.
¿Cómo explican esos trituradores del alma que el mejor narrador argentino de su generación fuera esencialmente periodista?
En el esquema del pensamiento burgués, que fractura lo que toca, no habría lugar para muchas de las realizaciones literarias de mayor eficacia y más alta belleza en América Latina. La obra de José Martí había sido sobre todo escrita para supublicación en periódicos; pero además pertenecía a la historia. Lo mismo ocurrirá con Rodolfo Walsh, este historiador de su propio tiempo, protagonista y testigo, que escribió, como dijo y quiso, para dar testimonio.
Ahí quedan sus palabras, su lucidez implacable, su capacidad de hermosura. Tienen un alto nivel de calidad estas obras que marcan a fuego a los responsables de la tragedia argentina.Walsh es uno de esos escritores que le devuelven a uno la fe en el oficio cuando tropieza y tambalea, estando como está el camino tan lleno de pavorreales, impostores y mercachifles.” (Eduardo Galeano)
El libro “¿Quién mató a Rosendo?, con más de diez ediciones y 174 páginas, es una investigación periodística realizada por Rodolfo Walsh en la que denuncia los asesinatos de Blajakis y Salazar,a quienes consideraba sus compañeros, y cuestiona duramente a la burocracia sindical.
Inicialmente publicado como notas en el semanario CGT a mediados de 1968, recopilado por la Editorial Tiempo Contemporáneo en 1969 y posteriormente en 1984 por Ediciones de la Flor, el periodista contó para la reconstrucción de los hechos con la ayuda de quienes sobrevivieron al tiroteo de la confitería Realde Avellaneda en el que murió Rosendo García: Francisco Alonso, Nicolás Granato, Raimundo y Rolando Villaflor y la de su abogado defensor Norberto Liffschitz.
Los Personajes
Walsh, con su increíble capacidad de descripción y de expresión a través de sus diálogos, lleva al lector a sumergirse en la piel de cada uno de los personajes, a convertirlos en los seres de todos los días, en aquellosmás comunes. Logrando, con una fuerte crítica constructiva y reivindicando algo de ellos al mismo tiempo, que personajes tan raros pero reales reflejen todas las categorías abstractas del sindicalismo: el burócrata, el militante y el obrero.
En casi toda la primera parte del libro la dedica, nada más y nada menos, a que el lector conozca las personalidades de manera detallada de los principaleshombres que estuvieron presentes en la masacre de la Real de Avellaneda.
Raimundo Villaflor: “…Las traiciones dobles, porque nosotros no concebimos que hombres que llegaron a posiciones de dirigentes como luchadores y con banderas políticas, como Vandor, después se burocraticen y cambien esas banderas por el sindicalismo y el acomodo”.
“Nosotros estábamos en las 62 de Pie, pero tambiénsabíamos que en las 62 había los que estaban de pie porque tenían tachuelas en la silla. Para nosotros no se trataba de cambiar los hombres sino las actitudes, se trataba de tomar una auténtica posición de clase”.
Rolando Villaflor: “Yo siempre fui un muchacho intranquilo. Andaba sin plata, sin laburo. Después usted ve que los turros hacen ostentación de la guita. A usted lo deslumbran.(…) Y despuésle dicen. Vení que es fácil. Y uno va, lo convidan con un asaltiño, usted se prendió y después chau”.
“El Griego me decía la bestia. Qué hacés, bestia. Es que yo decía cada barbaridad cuando ellos hablaban de política.” (…) “Pero empezó a picarme. Yo les decía, pero explíquenme, convénzanme, haber por qué hacen eso ustedes. Era lo que estaban esperando estos tipos. Me dijeron por los catro...
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