Rosenhan
por David L. Rosenhan
En el caso de que existiera un estado normal y un estado de locura, ¿cómo habrían de distinguirse el uno del otro? La pregunta no es en sí misma ni superflua, ni loca. Por más que estamos personalmente persuadidos de que podemos separar lo normal de lo anormal, las pruebas simplemente no son concluyentes. Así es como a menudose lee acerca de, Por ejemplo, juicios por asesinatos en los cuales el famoso psiquiatra de la, defensa contradice al no menos famoso psiquiatra de la acusación sobre la salud mental del acusado. Expresado de manera más general: Existe una cantidad de dictámenes sobre la confianbilidad, utilidad y significación de expresiones tales como "estar sano", "locura", "enfermedad mental" y"esquizofrenia". Benedict ya lo dijo allá por 1934: la normalidad y la anormalidad no son conceptos de validez general. Aquello que en una cultura se considera normal puede ser visto como completamente anormal en otra. La diferenciación de normalidad y anormalidad que en la psiquiatría se apoya tradicionalmente en 'el criterio aparentemente objetivo de la "adaptación a la realidad" de un individuo, puede,por lo tanto, no ser tan exacto como se considera generalmente.
Con esto no deseamos poner en duda que ciertas formas de conducta se apartan de la norma o resultan extrañas. El asesinato se aparta de la norma y lo mismo es válido para las alucinaciones. El hecho de formular estas preguntas no niega, tampoco, la existencia de la tortura personal que suele estar unida a una "enfermedad mental". Laangustia y la depresión existen. El sufrimiento psíquico existe. Pero la normalidad y anormalidad, el estar sano y el estar loco, así como los diagnósticos que se deriven de ello son posiblemente menos terminantes de lo que se cree generalmente.
En el fondo la cuestión de si es posible diferenciar al mentalmente sano del enfermo (y si es posible delimitar las diferentes etapas del estarinsano) es sencilla: ¿Residen en el propio paciente las características sobresalientes que conducen al diagnóstico?, ¿en su medie circundante? ¿o bien en las circunstan cias en que los ven los observadores? Desde Bleuler, pasando por Kretschmer y hasta los autores del Diagnostic ami Statistical Manual, de la American Psychialric Association, recientemente revisado, cunde el firme convencimiento deque los pacientes presentan síntomas, que estos síntomas son susceptibles de ser divididos en categorías y que por lo tanto es posible distinguir a los enfermos mentales de los sanos. Sin embargo, últimamente este convencimiento ha sido cuestionado. Basándose parcialmente en reflexiones teóricas y antropológicas, pero también filosóficas, jurídicas y terapéuticas, creció la opinión de que eldesciframiento de las enfermedades mentales según puntos de vista psicológicos es, en el mejor de los casos, inútil y en el peor de los casos francamente perjudicial, que induce a error y es contraproducente. Según este modo de ver, los diagnósticos psiquiátricos solamente existen en el cerebro del observador y no son un resumen válido de características que presenta el observado.
Se puede apoyarla decisión de cuál de ambas representaciones es más "real", internando personas normales (es decir, personas que no presentan los síntomas de un trastorno psíquico severo y tampoco lo han sufrido nunca) en clínicas psiquiátricas y comprobar si llaman la atención como sanas mentalmente y en caso de que así sea, por qué. Si se descubriera siempre la salud mental de tales pseudopacientes, ellosería una demostración digna de crédito, de que una persona mentalmente sana llama la atención en un medio de enfermos mentales en el que se encuentra. La normalidad (y seguramente también la anormalidad) es suficientemente concluyente como para ser reconocida donde se presente, pues está fundada en la persona misma. En el caso de que la salud mental de los pseudópacientes no fuera descubierta,...
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