Ross Macdonald Y Los Angeles

Ross McDonald y Los Ángeles
Recuerdo haber devorado ávidamente dos novelas negras de Ross MacDonald, “La mirada del adiós” y “El caso Galton”. En ambas, el detective privado Lew Archer es llamado ainvestigar matufias familiares de gente rica californiana. A medida que Lew se va metiendo en cada caso, los buenos son más malos y los malos son más buenos. Tan al revés está el mundo, tan podrido,que apesta. Y al cliente empieza a no gustarle la empatía que el detective contratado demuestra con los investigados más desgraciados; lo exoneran, le doblan la paga para que abandone, le mandanpesados a molerlo a palos, pero Archer llega hasta el final, ese final que nadie quiere ver y que todos buscan esconder, armado con su pistola, su apabullante sinceridad y esa inusitada comprensión para conaquel que merece ser comprendido.
Una disección profunda de esas familias de Beverly Hills, en apariencias bien constituidas, fuertes en sus lazos, sólidas en sus recursos, pero con más basura bajola alfombra de la que se podría imaginar. La droga, el desconsuelo, la codicia y ambición, la miseria personal, familiar y colectiva empieza a aparecer sin freno, sin cortinas que la tapen o al menosla disimulen. Y así, los que parecían más fuertes, son mostrados en su real dimensión: débiles, hoscos, fracasados, que nada bien (o mejor, nada) han hecho en sus vidas sin ayuda, deliberada o no.Las afueras de Los Angeles son el escenario de cada puesta en escena, en la que MacDonald despliega su ácida mirada, su pragmatismo y anticipación de narrador-observador-protagonista (un trípticotipológico imbatible).
Dammiel y Cassiel
Otro recuerdo personal es de una de las películas más lindas que vi en mi vida: “Las alas del deseo” (en español) de Wim Wenders (“El cielo sobre Berlín” enalemán).
Aquí, dos ángeles miran desde arriba una realidad humana, persona por persona: los ángeles tiene la capacidad de tocar a alguien y conocerlo en toda su intensidad humana, su fuero interno y...