Rubén Dario
Introduccion
Rubén Darío fue el más destacado poeta modernista de su época, sintetiza el modernismo americano y los movimientos europeos de finales de siglo, sobre todo el parnasianismo y el simbolismo francés.
Vida
Félix Rubén García Sarmiento nació en Nicaragua. Como periodista y como diplomático realiza frecuentes viajes por Europa y América, lo que leproporciona una visión excepcional de la cultura de su tiempo. Visitó España en 1892 y también en 1899, cuando ya era considerado el mejor poeta de su época, y se relaciona con los escritos españoles. Su estancia en Paris le permite un profundo conocimiento de la poesía francesa. Vivió intensamente la vida bohemia y murió en 1916, en León (Nicaragua).
Obra
En su trayectoria se distinguen dos épocas:• La primera etapa abarca
• Azul (1888) y Prosas profanas (1896). Azul refleja el estilo característico del modernismo americano: exotismo, musicalidad, erotismo, temas de mitos precolombinos, etc.
• Prosas profanas culmina esta tendencia y le añade resonancias parnasianas; resulta una poesía brillante de temas cosmopolitas, exóticos o paganos. La profunda renovación en los temas,en el riquísimo lenguaje y en la métrica provocó reacciones opuestas, bien de rendida admiración o de desprecio. Sorprendió, sobre todo, la deslumbrante sensualidad, el vitalismo paganizante, la fantasía, y a veces, cierta frivolidad.
• La segunda etapa, que se desarrolla tras el segundo viaje a España, se recoge en Cantos de vida y esperanza (1905) y muestra una mayor preocupación porlos contenidos humanos. Combina motivos españoles cercanos al Grupo del 98 (Letanía de Nuestro Señor Don Quijote), poemas de tema político (Oda a Roosevelt) con otros evasivos o esteticistas (La marcha triunfal) y, finalmente, composiciones graves de tema existencial (Lo fatal)
• En prosa, escribió numerosos artículos periodísticos y, sobre todo, cuentos en una excelente prosa poéticamodernista.
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y de aflicción.
Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor. Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.
Puesa su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...
En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y te mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe...
Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer... Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón.
Poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;
y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también... Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.
¡Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.
En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa...
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