Rubén Darío
Páginas: 8 (1781 palabras)
Publicado: 24 de julio de 2012
Rubén Darío: poeta indio de América
El autor de Azul y Cantos de vida y esperanza, por algunos críticos es reconocido como “El poeta indio de América”, sus textos lo confirman en su visión de mesoamérica y cantos a la raza mestiza
Enrique Peña Hernández
Don Juan Valera, no obstante haber sido el exaltador de la personalidad literaria del poeta mesoamericano, Rubén Darío,creador de Azul, es el primero en España que lo llama indio, que ve en él al indio.
Además de sus cartas eruditas para América y el mundo literario, conocidas como Cartas americanas, Valera escribió otras del mismo carácter, pero privadas, dirigidas a literatos españoles. En la correspondencia sostenida con el crítico Marcelino Menéndez y Pelayo, en carta de 29 de agosto de 1982, el autor de PepitaJiménez le informa: “Rubén Darío, tal vez el mejor y más original autor que hay ahora en América, está en España”. Posteriormente, carta del 18 de septiembre subsiguiente, le dice a Menéndez y Pelayo: “Anoche, por ser sábado, tuve aquí mi pequeño aquelarre literario. Acudieron a él (y cita a continuación una lista de literatos e intelectuales)... y Rubén Darío, de cuyo poderoso y originalísimoingenio me convenzo más cada día. Veo en él, lo primero que América da a nuestras letras, donde, además de lo que nosotros dimos, hay no poco de allá. No es como Bello, Heredia, Olmedo, etc., en quienes todo es nuestro y aún lo imitado de Francia ha pasado por aquí, sino que tiene bastante del indio sin buscarlo, sin afectarlo, y además no lo diré imitado, sino asimilado e incorporado de todo loreciente de Francia y de otras naciones; está mejor que aquí se entiende, más hondamente sentido, más diestramente reflejado y mejor y más radicalmente fundido”...en Rubén Darío hay de mestizo, de español y de indio.
Tiempo después, el ilustre filosofo José Ortega y Gasset diría del panida nicaragüense: “...fue, en el mejor de los sentidos, un indio; un indio divino”.
En 1899, Rubén Darío hacesu segundo viaje a España. La mayoría de los miembros de la Generación del 98 lo admiran y aprecian. Es más: algunos como los Machado lo llaman maestro. Más tarde, también Juan Ramón Jiménez lo consideraría maestro. Solamente Miguel de Unamuno no sintió agrado, menos simpatía, por la poesía de Rubén. Hubo entre ambos, aunque no un trato personal, una amistad epistolar.
Unamuno fue duro conRubén. Se puede afirmar que lo desdeñaba cordialmente. Le aplicaba el término “indio” con manifiesto menosprecio. En carta de 16 de abril de 1990, fechada en Salamanca, dirigida a G. de Candamo, decía a éste: “Rubén Darío es algo digno de estudio. Es el indio con vislumbres de la más alta civilización, de algo esplendente y magnífico, que al querer expresar lo inexplicable, balbucea. Tiene sueñosgigantescos, ciclópeos, pero al despertar no le queda más que la vaga melodía de ondulantes reminiscencias. Tiene un valor positivo muy grande, pero carece de toda cultura que no sea exclusivamente literaria (éste es, a mi juicio, el mal mayor de nuestros literatos, y si no, vea usted a Benavente).”
El tiempo pasó y el incorregible Unamuno mantenía su postura respecto de Darío, quien, después desus Cantos de vida y esperanza, aparecido precisamente en Madrid (1905), alcanza literalmente el pináculo de la gloria.
Sin embargo, Unamuno en una reunión de amigos, en 1907, dijo de Darío que se le veían las plumas del indio debajo del sombrero. La intención de zaherir era ostensible; la mala voluntad del rector de Salamanca, absolutamente manifiesta. No cabía la menor duda.
EnteradoRubén, que se encontraba a la sazón en París, escribió a Unamuno, el 5 de septiembre de 1907, una carta que empieza así: “Mi querido amigo: Ante todo para una alusión. Es con una pluma que me quito de debajo del sombrero con la que le escribo”. Más adelante le dijo “... yo soy uno de los pocos que han visto en usted al poeta. Que le ofrezcan a usted del sabio y del profesor, no me extraña. Su...
El autor de Azul y Cantos de vida y esperanza, por algunos críticos es reconocido como “El poeta indio de América”, sus textos lo confirman en su visión de mesoamérica y cantos a la raza mestiza
Enrique Peña Hernández
Don Juan Valera, no obstante haber sido el exaltador de la personalidad literaria del poeta mesoamericano, Rubén Darío,creador de Azul, es el primero en España que lo llama indio, que ve en él al indio.
Además de sus cartas eruditas para América y el mundo literario, conocidas como Cartas americanas, Valera escribió otras del mismo carácter, pero privadas, dirigidas a literatos españoles. En la correspondencia sostenida con el crítico Marcelino Menéndez y Pelayo, en carta de 29 de agosto de 1982, el autor de PepitaJiménez le informa: “Rubén Darío, tal vez el mejor y más original autor que hay ahora en América, está en España”. Posteriormente, carta del 18 de septiembre subsiguiente, le dice a Menéndez y Pelayo: “Anoche, por ser sábado, tuve aquí mi pequeño aquelarre literario. Acudieron a él (y cita a continuación una lista de literatos e intelectuales)... y Rubén Darío, de cuyo poderoso y originalísimoingenio me convenzo más cada día. Veo en él, lo primero que América da a nuestras letras, donde, además de lo que nosotros dimos, hay no poco de allá. No es como Bello, Heredia, Olmedo, etc., en quienes todo es nuestro y aún lo imitado de Francia ha pasado por aquí, sino que tiene bastante del indio sin buscarlo, sin afectarlo, y además no lo diré imitado, sino asimilado e incorporado de todo loreciente de Francia y de otras naciones; está mejor que aquí se entiende, más hondamente sentido, más diestramente reflejado y mejor y más radicalmente fundido”...en Rubén Darío hay de mestizo, de español y de indio.
Tiempo después, el ilustre filosofo José Ortega y Gasset diría del panida nicaragüense: “...fue, en el mejor de los sentidos, un indio; un indio divino”.
En 1899, Rubén Darío hacesu segundo viaje a España. La mayoría de los miembros de la Generación del 98 lo admiran y aprecian. Es más: algunos como los Machado lo llaman maestro. Más tarde, también Juan Ramón Jiménez lo consideraría maestro. Solamente Miguel de Unamuno no sintió agrado, menos simpatía, por la poesía de Rubén. Hubo entre ambos, aunque no un trato personal, una amistad epistolar.
Unamuno fue duro conRubén. Se puede afirmar que lo desdeñaba cordialmente. Le aplicaba el término “indio” con manifiesto menosprecio. En carta de 16 de abril de 1990, fechada en Salamanca, dirigida a G. de Candamo, decía a éste: “Rubén Darío es algo digno de estudio. Es el indio con vislumbres de la más alta civilización, de algo esplendente y magnífico, que al querer expresar lo inexplicable, balbucea. Tiene sueñosgigantescos, ciclópeos, pero al despertar no le queda más que la vaga melodía de ondulantes reminiscencias. Tiene un valor positivo muy grande, pero carece de toda cultura que no sea exclusivamente literaria (éste es, a mi juicio, el mal mayor de nuestros literatos, y si no, vea usted a Benavente).”
El tiempo pasó y el incorregible Unamuno mantenía su postura respecto de Darío, quien, después desus Cantos de vida y esperanza, aparecido precisamente en Madrid (1905), alcanza literalmente el pináculo de la gloria.
Sin embargo, Unamuno en una reunión de amigos, en 1907, dijo de Darío que se le veían las plumas del indio debajo del sombrero. La intención de zaherir era ostensible; la mala voluntad del rector de Salamanca, absolutamente manifiesta. No cabía la menor duda.
EnteradoRubén, que se encontraba a la sazón en París, escribió a Unamuno, el 5 de septiembre de 1907, una carta que empieza así: “Mi querido amigo: Ante todo para una alusión. Es con una pluma que me quito de debajo del sombrero con la que le escribo”. Más adelante le dijo “... yo soy uno de los pocos que han visto en usted al poeta. Que le ofrezcan a usted del sabio y del profesor, no me extraña. Su...
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