Ruiz de la Peña
“SALVACIÓN: UNA EXISTENCIA AGRADECIDA”
J.L. RUIZ DE LA PEÑA
I.Dios ama al hombre. Esta afirmación es lo más obvio para el creyente y lo más
insensato para elcreyente. Esta afirmación es de validez absoluta sea cual sea la
respuesta del hombre. Promesa perenne.
II.El hombre a imagen de Dios ha sido puesto en la existencia para participar del mismo
ser deDios. Su destino es su divinización. Ser en Cristo.
III.Pero este destino es inalcanzable para el hombre sino es por la comunicación amorosa
y gratuita del mismo.
IV.La paradoja del ser delhombre: Lo que el hombre es por creación (imagen de Dios) no
le basta para llegar a lo que debe ser (partícipe de la condición divina).
V.Esta paradoja nos lleva a la existencia agraciada, la salvacióndel hombre. Y la
existencia agraciada exige sentido de gratuidad, no aspiración de autosuficiencia. Pero
esta idea de salvación no está exenta de dificultades.
VI.Pero la salvación del hombre noresulta fácil de definir, casi es más fácil definir la “nosalvación”. El hombre no solo desea la liberación, desea la felicidad. El hombre quiere ser,
siempre y consumadamente, él mismo. Algo así es lasalvación.
VII.El lenguaje empleado en el discurso cristiano sobre la gracia o la salvación es
difícilmente comprensible para el hombre de la racionalidad crítica. La teología clásica
cayó enalgunos reduccionismos y olvido la condición de posibilidad de la salvación que
es la liberación.
VIII.Junto a una pérdida de crédito de la oferta cristiana se dio un auge de las
soteriologías laicascon sus capacidades técnicas y sociopolíticas.
IX.La oferta cristiana no ha recobrado su crédito porque sigue sin conectar con la
sensibilidad contemporánea y formulándose en un lenguajeanacrónico. Pero las ofertas
laicas sustitutivas sufren la erosión del desencanto. El resultado es la desorientación,
pasotismo e indiferencia...
X.Fractura y desorden social. Soledad e incomunicación....
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