Rulo
La muerte del arte resulta profética en cuanto a los fenómenos verificados en la sociedad industrial avanzada, en una definición mas enfocada a lo que nos dice Adorno, Cuando hablamos de la muerte del arte, hablamos dentro del marco de esa efectiva realización pervertida del espíritu absoluto hegeliano o, dentro del marco de la metafísicarealizada, de la metafísica que ha llegado a su fin en el sentido que nos habla de ella Heidegger y tal como la vemos enunciarse filosóficamente en la obra de Nietzsche. La palabra Verwindung heideggeriana significa remitirse de una enfermedad, como convalecencia, pero también remitir y remitirse a alguien en el sentido de confiar en alguien. La muerte del arte es una de esas expresiones que designano, constituyen la época del fin de la metafísica tal como la profetiza Hegel, la vive Nietzsche y la registra Heidegger. La metafísica nos constituye como nuestro destino.
La muerte del arte puede entenderse como un acontecimiento que constituye la constelación histórico-ontológica en la que nos movemos. Esta constelación es una serie de sucesos histórico-culturales y de las palabras que nospertenecen, que los deciden y los codeterminan. La muerte del arte es algo que nos afecta y que no podemos dejar de tener en cuenta. El arte ahora se ve suprimida y hegelianamente supera en una estatización general de la existencia. En la perspectiva marcusiana, la muerte del arte se manifestaba como una posibilidad que se ofrecía a la sociedad técnicamente avanzada. La práctica de las artes,muestra un fenómeno general de “explosión” de la estética fuera de los límites institucionales que le había fijado la tradición. Las poéticas de vanguardia rechazan la delimitación que la filosofía les impone; no se dejan considerar exclusivamente como lugar de experiencia ateórica y practica sino que se proponen como modelos de conocimiento privilegiado o de lo real y como momentos de destrucciónde la estructura jerarquizada de las sociedades y del individuo como instrumentos de verdadera agitación social y política.
Ya no se tiende a que el arte quede suprimido en una futura sociedad revolucionaria; se intenta en cambio de alguna manera la experiencia inmediata de un arte como hecho estético integral, la condición de la obra se hace naturalmente ambigua: la obra no apunta a alcanzarun éxito que le de el derecho de colocarse dentro de un determinado ámbito de valores; el éxito de la obra consiste fundamentalmente mas bien en hacer problemático dicho ámbito, en superar sus confines, por lo menos momentáneamente. En uno de los criterios de valoración de la obra de arte parece ser en primer lugar la capacidad que tenga la obra de poner en discusión su propia condición: ya en unnivel directo y entonces a menudo bastante burdo; ya de manera indirecta. En todos estos fenómenos que se hallan presentes de varias maneras en la experiencia artística contemporánea, no solo se trata solo de la autorreferencia que, en muchas estéticas, parece constitutiva del arte; sino mas bien de hechos específicamente vinculados con la muerte del arte en el sentido de una explosión de loestético que se realiza también en esas formas de autorización de la propia operación artística.
El arte se sale de sus confines institucionales ya no se manifiesta exclusivamente y ni siquiera principalmente vinculado con la utopia de la reintegración de la existencia. Con el advenimiento de la posibilidad de reproducir en el arte, no solo las obras del pasado pierden su aureola, el halo que lascircunda y las aísla- asilando así también la esfera estética de la experiencia- del resto de las existencia, sino que además nacen formas de arte en las que la reproductividad es constitutiva, como la fotografía y el cinematógrafo.
Benjamin, quien distinguía una estatización “buena” y una “mala”, la socialista y la fascista. La muerte del arte no es solo la muerte que podemos esperar de la...
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