Rulos
Sus firmes pechos se erguian cuales torres gemelas, firmes, punzantes y casi tocando el cielo, la pasión de sus pechos se notaban incluso sobre su sosten, mimiembro hablaba, no, gritaba que hiciera mia a esa mujer, me deje caer sobre ella para besarle de la manera mas apasionada que pudiera. Nuestras lenguas se debatían salvajemente el territorio, queríanhacerse dueñas de la otra, mis dientes reaccionaron ante la ofensiva cerrandose y dejando cautiva a su lengua en mi boca, su expresión era hermosa, sus ojos abiertos ante la sorpresa, ninguna espera eso enun beso, y su expresión de placer y dolor me hicieron enloquecer, ya era hora, era ahora o nunca, debía de hacerla mia.
Su bajo vientre estaba increíblemente húmedo, incluso sus bragas estabandeseando mi presencia. Suavemente tome el límite de sus bragas, que al rozar mis dedos en el borde de sus labios senti un pequeño temblor, éramos uno. mi miembro erecto llegó a su bajo vientre y comenzó laverdadera accion, ambos nos movíamos cuales bestias y hacíamos de esa aventura de las mas salvajes que nuestra naturaleza pudiera soportar.
Sus uñas se clavaban en mi espalda, bajaban y hacíanmarcas de su placer, mi espalda estaba llena de ellas, sangraba, pero mas allá del rojo carmesí de mi sangre corría el rojo vívaz de un orgasmo.
No quería darle término a nuestro acto, pero mi miembro...
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