Rurrumi y Ungla

RURRUMI Y UNGLA

La isla era grande, la isla era hermosa. Rurrumi era joven y se sentía
feliz. El mar, el viento y el sol lo acariciaban. El bosque y los arroyos lo
acunaban. ¿ Desde cuándo ? Desde siempre, pensaba Rurrumi. ¿ Hasta
cuándo ?. Hasta siempre, pensaba Rurrumi. Entonces reía y sus albos dientes
contrastaban con su bronceada tez.
Rurrumi jugaba, nadaba y dormía, y se deleitabacon los agradables
frutos que los árboles se inclinaban para ofrecerle. Cantaba a los cielos su
alegría y hasta los pajarillos enmudecían para poderlo escuchar. Rurrumi
tensaba su esbelto cuerpo al correr y saltar, y con gracia felina recorría
incansablemente su isla de ensueño.
Un día, como cualquier otro día, ella había aparecido. Era una enorme y
hermosa pelota roja. Flotaba graciosamentesobre las olas y se acercaba cada
vez más a la playa. Rurrumi excitado la esperó bailando en la arena y
experimentó una sensación de dulce anhelo que antes jamás había conocido.
Rurrumi la llamó Ungla y desde entonces fueron inseparables; jugaron y
se bañaron juntos, durmieron abrazados bajo los grandes helechos del bosque
y compartieron al parecer para siempre la dicha de la isla.
Rurrumiacariciaba la suave textura de Ungla y la mantenía
resplandecientemente limpia. Ungla disfrutaba jugando con Rurrumi y se
complacía rodando en forma caprichosa hasta esconderse en los lugares más
impensados y maravillosos. Rurrumi gozaba al encontrarla y reía de felicidad,
mientras Ungla parecía palpitar de contento y hacía refulgir su espléndido color
rojo.
¿ Hasta cuándo ?. Hasta siempre,pensaba Ungla y Rurrumi. Entonces
proseguían su interminable ronda que tal parecía una oración.
Otro día cualquiera y nadando en el mar azul, Ungla empezó a alejarse.
Era arrastrada por las aguas hacia las grandes rompientes. Rurrumi riendo la
llamó, pero pronto comprendió que Ungla ahora no jugaba. Rurrumi sintió por
primera vez la aflicción y lo traspasó el sentimiento de angustia queemanaba
de Ungla al encontrarse separada de él. Rurrumi resueltamente la siguió mar
adentro, tratando de alcanzarla, pero ya todo era inútil. Ungla comenzó a
perder su tersura y a abandonar su bello colorido; una palidez rosácea la
invadió, lloraba la pena, no de su propia destrucción, sino de su separación
definitiva de Rurrumi que sin su Ungla jamás podría volver a ser feliz.
Llegaron así a lasrompientes, Ungla fue arrebatada por una
enmarañada cabellera de espumas blancas, pero Rurrumi no cejó en su
empeño y se dejó arrastrar tras ella, se produjo una gran confusión, más hubo
un momento decisivo, en que Rurrumi alargó sus manos y pudo al fin atraparla.
Rurrumi luchó y luchó, fue arrastrado entre las rocas, fue golpeado y

magullado, pero nunca soltó a su Ungla, hasta quefinalmente, cansado y
dolorido, pudo sortear una salida y volver a su querida playa.
Allí permanecieron muy juntos sobre la dorada arena, mientras
periódicamente el agua lamía sus cuerpos y curaba las heridas de Rurrumi.
Ambos lloraban por lo que pudo haber sido y se alegraban por lo que
efectivamente fue.
Rurrumi y Ungla, Ungla y Rurrumi, siempre juntos se decían, cuando
volvieron a retozar porla hermosa isla y la llenaron nuevamente con los ecos
de sus risas y carreras. Rurrumi con delicadeza susurraba a Ungla - “ No me
vuelvas a dejar ” -, y Ungla palpitaba suavemente - “ Nunca, nunca “.
¿ Pasaron días, pasaron meses o pasaron años ?. La isla, cual madre
dichosa, se complacía rodeándolos de su amoroso cuidado y ellos, cual hijos
felices, lo aceptaban como algo natural. Cantaban alos cielos su alegría,
manifestando así y de otros mil sanos modos su agradecimiento, uniéndose a
ello la isla entera, mediante sus incontables rumores, trinos y fragores, a
manera de coro de una multitudinaria catedral. ¿ Hasta cuándo ?, preguntaban
Rurrumi y Ungla. - Hasta siempre !, contestaba el enorme y afectuoso coro.
Otro día, aunque mucho después, Rurrumi no sacó a jugar a Ungla esa...