Sabia
LAS MUJERES SABIAS
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Las mujeres sabias
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PERSONAJES
CRISALIO, burgués.
FILAMINTA, mujer de Crisalio.
ARMANDA y ENRIQUETA Hijas de Crisalio y Filaminta.
ARISTO, hermano de Crisalio.
BELISA, hermana de Crisalio.
CLITANDRO, amante de Enriqueta.
TRISSOTIN, hombre ingenioso.
VADIUS, sabio.MARTINA, cocinera.
ESPINA, lacayo de Crisalio.
JULIAN, criado de Vadius.
NOTARIO.
La escena en París,
en casa de Crisalio
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ACTO PRIMERO
ESCENA I
ARMANDA y ENRIQUETA
ARMANDA.-Sí; el bello título de hija es un título, hermana mía, ¿cómo queréis
abandonar su encantadora ternura...? ¿Insistís en casaros...? ¿Cómo se os ha
podido ocurrir tanvulgar deseo...?
ENRIQUETA.-Sí, hermana mía...
ARMANDA.-¡Ah! ¿Cómo es posible tolerar ese sí...? ¿Quién puede escucharlo sin
aflición...?
ENRIQUETA.-¿Qué tiene en definitiva el matrimonio para obligaros, hermana mía,
a...?
ARMANDA.-¡Ah, Dios mío...! ¡Uf!
ENRIQUETA.-¿Cómo?
ARMANDA.-¡Uf!, os repito. ¿No observáis lo repugnante que resulta esa palabra en
primera instancia, cómo ofende cual unaextraña imagen y a qué sucia visión arrastra
al pensamiento...? ¿No os estremecéis...? ¿Podéis,-hermana, condenar vuestro
corazón a las consecuencias que se derivan de esa palabra...?
ENRIQUETA.-Las consecuencias que se derivan
de tal palabra son un marido, unos hijos, un hogar... Y pensándolo bien, no veo en el
matrimonio nada que ofenda al pensamiento, ni que resulte aterrador.ARMANDA.-¿Cómo os pueden agradar, ¡oh cielo!, semejantes afectos...?
ENRIQUETA.-¿Y qué tiene que hacer una mujer a mi edad sino atraerse, con el
título de esposo, a un hombre que la ama y al que ella corresponde, y con un estado
hecho de ternura, crearse las dulzuras de una vida compartida? ¿No ofrece
suficientes atractivos vínculo tan armónico...?
ARMANDA.-¡Dios mío, de qué poca calidad es vuestroespíritu! ¡Qué personaje más
vulgar representáis en el mundo, limitándoos a las exigencias de un hogar, y sin
vislumbrar otros placeres más conmovedores que los que se desprenden de idolatrar
a un marido y a unas criaturas! Dejad para la gente común y corriente, para las
personas vulgares, las toscas diversiones de esa clase de compromisos. Llevad
vuestros propósitos a más altos horizontes, pensaden disfrutar placeres más nobles,
y tratando con distancia a los sentidos y a la materia, entregaos por completo al
espíritu como yo. A la vista tenéis el ejemplo de nuestra madre, a quien en todos
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sitios honran con el nombre de sabia; procurad, como en mi caso, mostraros digna
hija suya; aspirad al esplendor que tenemos en la familia y haceossensible a las
dulzuras seductoras que el amor al estudio difunde en los corazones. Lejos de
sujetaros como una esclava a los dictados de un hombre, desposaos con la filosofía,
querida hermana, que nos eleva por encima de todo el género humano, concediendo
a la razón el imperio, supremo, sometiendo a sus leyes esa parte animal llena de
groseros apetitos que nos rebaja al nivel de las bestias.Considerad los bellos
fuegos, los dulces afectos que deben llenar todos los momentos de la vida, y
comprenderéis que los afanes a que se limitan tantas mujeres sensibles tienen algo
de horrible bajeza.
ENRIQUETA.-El cielo, cuyos designios nos resultan todopoderosos, nos crea al
nacer para diferentes puestos; y por sabido se calla que no todos los espíritus están
cortados por el mismo...
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