Sade, la insurrección del discurso de la carne.

Sade la insurrección del discurso de la carne.

La pregunta que Sade responde en cierta ocasión acerca de su sexualidad es contundente: “me gusta las mujeres, pero igual me entrego a gustos extravagantes cuando un hombre amable me acosa. Estoy lejos de esa altanería ridícula de responder con bastonazos a proposiciones semejantes; ¿Es el hombre dueño de sus gustos? No se es culpable de llegar almundo así como no lo somos de nacer patituertos o bien hechos.” 1 En efecto, Sade constituye la transición entre las confesiones de la carne y el discurso moderno de la sexualidad, confesar a los “anormales” es la consigna de las ciencias del sexo del Siglo XIX, los libertino se encasillan en el bajo mundo de la perversión y el uso de los placeres del cuerpo quedara en manos de los expertos, aquines hay que confesarles todo, solo a ellos y aquí, desde el cura, el medico o el padre hasta el siquiatra. La confesión surge entonces como la principal herramienta de lo que podría llamarse La “edad de la sexualidad”, desde entonces, detrás del libertino se buscara al perverso, infortunio que Sade comparte con el personaje de Don Juan, a propósito de quien se discutirá imbécilmente si en elfondo era homosexual o impotente2.

Donatien Alfhonsie Francois, mas conocido como el marques de Sade, nació en 1740 en la ciudad de Paris en medio de una familia acomodada social y económicamente, donde su madre Marie Eleanore y su padre Jean Baptiste, el conde Sade eran conocidos por su desmesurado pero silencioso libertinaje, pero que a pesar de esto, se preocupaban por educar y relacionar asu hijo con los mas elevado de la sociedad a través de los mejores colegios y amistades, lo cual según el mismo Marques habría tenido efecto contraproducente para su formación, pues en loas mejores familias es según Sade donde se concentra en mayor medida el libertinaje, “perdonad mis defectos, es el espíritu de la familia que me domina y si debo hacerme un reproche es de haber tenido ladesgracia de nacer en ella.” Sade asume como propios de la “elite” unos comportamientos que normalmente se atribuían a los pobre y que se desarrollaban de manera silenciosa y licenciosa. Un claro ejemplo lo constituye el Abad, tío del marques a quien se le encomendó la educación de este y que según Sade “era el autentico prototipo de religioso que por la mañana rezaba a Dios, por la tarde leía a Horacioy por la noche se fornicaba a una puta”.3
Luego de su paso por el ejército donde se destaco como estratega y donde según el mismo, aumentaría su sodomía y probaría nuevas voluptuosidades, escribió lo que el llamaría su “plan de vida, obro en concordancia con mis ideas ya sean buenas o malas, soy elogiado o censurado en proporción con el escaso o ningún sentido común que contengan, hay que hacerla corte para tener éxito, pero no me gusta hacerla. Sufro cuando oigo a alguien decirle a otro, para halagarle, mil cosas que a menudo no piensa”[1]

Luego del ejercito, el matrimonio se veía como la solución a sus incontrolables impulsos, aun que solo podría mantener un aceptable conducta durante tres meses, reincidencia que lo llevara preso al Torreón de Vicennes inicialmente durante quincedías por cometer actos “sacrílegos” con una joven de poco reputación. Actos que cometería muy a menudo, al punto de ser denunciado por una mujer, quien expuso sus heridas, donde se evidenciaba como complemento a la practica sexual, huellas de azotes, cortes y cera en los genitales, lo cual produjo un verdadero escándalo que tendría especial importancia, pues hasta entonces, aunque muchos conocíanel libertinaje del marques, se consideraba que formaba parte de la habitual conducta silenciosa y reconocida de los nobles. Pero a raíz de la importancia del suceso, la prensa francesa explota al máximo el escándalo, dando comienzo al mito del Marques de Sade como símbolo de los “Vicios de las Carnes”.[2]

Durante once años de cautiverio, desde 1778 hasta la revolución primero en Vincennes y...