Sahuatoba
De un extraño beso entre el Dios del Rayo y la Estrella de la Mañana, nació un hermoso niño a quien el rayo con una descarga coloco a la entrada de una caverna sobre el elevado picachode una serranía. Una cierva recogió al niño llevándolo al interior de la cueva junto a sus cervatillos. La cierva amamanto al niño, y un águila corpulenta que había hecho su nido en aquel picacho velócelosamente por la seguridad de aquel predestinado a formar una nueva raza. Frecuentemente, la Estrella de la Mañana descendía en forma de mujer para acariciar al niño, traerle alimentos y darlesabios consejos comunicándole facultades maravillosas.
Aquel muchacho aprendió el lenguaje del torrente, de las flores, de los árboles, de las aves, las abejas y de todos los animales feroces. Cruzabalas serranías, descendía al fondo de las profundidades de las quebradas con facilidad y rapidez sorprendentes.
Una mañana la estrella le advirtió que aquel día se iniciaría una tremenda catástrofemundial que él debía de presenciar con valor y serenidad. No amanecía aun, cuando se termino la tormenta que duro varias semanas culminando con violentas y terribles sacudidas de la tierra. Los maresabandonaron los cauces y el niño, que se llamo Sahuatoba (el eterno adolescente) estuvo rodeado por el océano encrespado, furioso, tremendo, cuyas enormes olas traían de acá para allá cadáveres humanosy de animales, árboles arrancados de cuajo, restos de materiales de casas, muebles, etc. El espectáculo que Sahuatoba presenciaba desde su enhiesto picacho era pavoroso, macabro.
La sierva que loamamantara murió de miedo en la caverna. Estaba solo en un mundo devastado, donde no había más tierra que su escueto picacho, ni más abrigo que su obscura caverna.
Pasaron años, quizá siglos,durante los cuales la Estrella de la Mañana y el Dios del Rayo traían sustento al solitario. Paulatinamente las aguas bajaron hasta dejar un páramo, un desierto de lodo que al fin se solidificó y pudo...
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