SAID_Cultura_e_imperialismo
Páginas: 191 (49393 palabras)
Publicado: 2 de noviembre de 2015
Edward W. Said
Cultura e imperialismo
Traducción de Nora Catelli
M
EDITORIAL ANAGRAMA
BARCELONA
INTRODUCCIÓN
En 1978, cinco años después de la publicación de Orientalismo, empecé a reunir ciertas ideas que se me habían hecho evidentes, durante la escritura del libro, acerca de la relación general entre cultura e imperio. El primer resultadofue la serie de conferencias dictadas en universidades de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra entre 1985 y 1986. Esas conferencias forman el núcleo central del presente libro, que me ha ocupado constantemente desde entonces. Las ideas expuestas en Orientalismo, que se limitaba a Oriente Medio, han sufrido un considerable desarrollo en el campo académico de la antropología, la historia y losestudios especializados. De la misma manera, yo intento aquí extender las ideas del libro anterior para asi describir un esquema más general de relación entre el moderno Occidente metropolitano y sus territorios de ultramar.
¿A qué materiales no provenientes del Oriente Medio he recurrido aquí?: a escritos europeos acerca de África, India, partes del Lejano Oriente, Australia y el Caribe.Considero esos discursos africanistas e indianistas, como a veces se los ha denominado, como parte del esfuerzo general de los europeos por gobernar tierras y pueblos lejanos y, por lo tanto, en relación con las descripciones orientalistas del mundo islámico y con los modos espaciales de representación de las islas caribeñas, Irlanda y el Lejano Oriente por parte de los europeos. Lo chocante en estosdiscursos es la frecuencia de las figuras retóricas que encontramos en sus descripciones del «Este misterioso», asi también como los estereotipos sobre la «mente africana» (o india, o irlandesa, o jamaicana, o china). Y, de igual manera, las nociones acerca de llevar la civilización a pueblos
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primitivos o bárbaros, las ideas inquietantemete familiares sobre la necesidad de las palizas, lamuerte o los castigos colectivos requeridos cuando «ellos» se portaban mal o se rebelaban, porque «ellos» entendían mejor el lenguaje de la fuerza o de la violencia; «ellos» no eran como «nosotros» y por tal razón merecían ser dominados.
Sucedió sin embargo que en casi todo el mundo no europeo la llegada del hombre blanco levantó, al menos, alguna resistencia. Lo que yo dejé fuera deOrientalismo fue precisamente la respuesta a la dominación occidental que culminaría en el gran movimiento de descolonización todo a lo largo del Tercer Mundo. Junto con la resistencia armada en lugares tan diversos como la Argelia decimonónica, Irlanda e Indonesia, hubo en casi todos los sitios considerables esfuerzos de resistencia cultural, junto con afirmaciones de identidad nacional y, en el planopolítico, con la creación de asociaciones y partidos cuya meta común era la autodeterminación y la independencia nacional. Nunca se dio el caso de que un activo agente occidental tropezase con un nativo no occidental débil o del todo inerte: existió siempre algún tipo de resistencia activa, y, en la abrumadora mayoría de los casos, la resistencia final-| mente triunfó.
Esos dos factores -el esquemageneral y planetario de la cultura imperial y la experiencia histórica de la resistencia contra el imperio- informan este libro de modo tal que lo convierten en el intento de hacer algo distinto; no únicamente en una secuela de Orientalismo. En ambos libros he puesto el énfasis en aquello que de una manera general llamamos «cultura». Según mi uso del término, «cultura» quiere decirespecíficamente dos cosas. En primer lugar, se refiere a todas aquellas prácticas como las artes de la descripción, la comunicación y la representación, que poseen relativa autonomía dentro de las esferas de lo económico, lo social y lo político, que muchas veces existen en forma estética, y cuyo principal objetivo es el placer. Incluyo en ella, desde luego, tanto la carga de saber popular acerca de...
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