SALAMES MILAN
No sé si Woody Allenleyó antes que ningún otro occidental de nuestro siglo el Codex Romanoff de Leonardo, pero aquella cómica pieza sobre el Conde de Sándwich (quien anotaba en su diario los sucesivos ensayos que lo llevaron a crear el objeto homónimo) parece una hija un poco boba de las notas culinarias de Leonardo "rescatadas” (léase birladas) del Museo Ermitage de Leningrado en pleno bardo de la perestroika ypublicadas en castellano, en forma más bien inadvertida, hace unos meses (seguramente por ese fenómeno de déjà-vu que produce toda novedad sobre Leonardo). En tres notas sucesivas, sin fecha, escritas en algún momento entre 1485 y 1490 (antes del descubrimiento de América, Woody), Leonardo no sólo se anticipa quinientos años a su propia parodia sino que la hace inimitable avant la lettre, apuntando:"Del pan y de la carne I: He estado pensando en tomar un trozo de pan y colocarlo entre dos pedazos de carne, mas ¿cómo he de llamar este plato? // Del pan y de la carne II: ¿Y si dispusiera la carne entre dos trozos de pan? // Del pan y de la carne III: La rebanada de carrillo de buey debe ir entre sendos pedazos de pan y no al revés. Será un plato como no se ha visto nunca en la mesa de mi señorLudovico Sforza. En verdad, se podría disponer toda suerte de cosas entre los panes: ubres, testículos, orejas, rabos, hígados. Los comensales no podrán ver el contenido al atacarlo con sus cuchillos. Lo llamaré, por eso, pan con sorpresa”.
El Codex Romanoff abunda en fulgores de esta y otras naturalezas. Los apuntes (caóticos, ya que Leonardo aprovechaba cualquier espacio vacío que encontrabaentre sus papeles para hacer una nueva anotación) corresponden a los quince años que estuvo bajo el mecenazgo de Ludovico Sforza en Milán (1485-1500), período en que sus desvelos por la cocina interrumpían, postergaban o reformulaban casi todos sus emprendimientos (fueran encargos de su mentor o iniciativas propias, de carácter urgente o de menor premura para las necesidades de la corte o de laciudad). Unas mínimas referencias históricas antes de internarnos en el formidable Codex Romanoff: el Leonardo que llega a Milán, recomendado por Lorenzo de Médici a la corte de los Sforza, era el más díscolo de los discípulos del taller del maestro Verrocchio (donde conoció a Sandro Boticcelli). Al llegar a Milán viene de dos fracasos que casi le cuestan la vida: el primero, al abandonar las tareaspictóricas de la capilla de Salvi para hacerse cargo de la cocina de la famosa taberna Los Tres Caracoles, junto al Ponte Vecchio (asqueado por las fuentes rebosantes de polenta servida con enormes trozos de carnes irreconocibles, Leonardo "civiliza” la especialidad de la casa para que sea más acorde al espíritu renacentista que desea expandir, pero los comensales que reciben las diminutas...
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