salamina

CAPITULO DÉCIMO SEGUNDO
DE LA DELACIÓN PARA LA ACEPTACIÓN Y RENUNCIA DE LA HERENCIA
§50. NOCIONES GENERALES
El heredero es libre de asumir la calidad de causahabiente o de rechazarla, asume su calidad aceptando la herencia y la rechaza renunciándola, libertad que, comparativamente hablando, se hallaba claramente limitada en el derecho romano en el que los heredes sui et necesarii no podíanrepudiar la herencia, quedando obligados a aceptarla. Había una imposición, una determinación, en muchos casos, contra la voluntad del heredero.
Debiendo pasar, al fallecimiento de una persona, el caudal relicto de ésta a sus herederos, únicamente podrían alcanzar un beneficio hereditario las personas que se encuentren en aptitud de recibir la herencia (o el legado tratándose de los legatarios).Evidentemente esta aptitud está determinada por la inaplicabilidad de cualquier supuesto de indignidad, desheredación o renuncia a la herencia, además de que el heredero no haya premuerto o muerto conjuntamente con su causante.
Sólo la persona que se encuentre en aptitud o condiciones para heredar puede estar en posibilidad de aceptar o renunciar a una herencia o un legado, pues, es evidenteque el indigno, por ejemplo, no es privado de la herencia porque no quiera recibirla, sino porque no puede tomarla debido a la sanción impuesta por el ordenamiento jurídico debido a su conducta ilícita o vituperable; en cambio, el renunciante no recibe a la herencia porque la rechaza voluntariamente. Por lo tanto, la aceptación y la renuncia de la herencia sólo operan respecto al heredero olegatario que se encuentren en condiciones de suceder.
¿Puede el indigno renunciar a la herencia antes de declararse la indignidad?. El artículo 674 exige, para poder renunciar a una herencia únicamente que quien lo pretenda hacer tenga la libre disposición de sus bienes, por lo tanto, no se exige que el llamado esté libre de una imputación para ser apartado de la herencia por indignidad. Si bien elindigno lo es porque en su contra se ha expedido una sentencia que así lo establece, creo que nada impide para que a quien se atribuye una causal de indignidad, dentro de los tres meses de producirse el fallecimiento del de cuius, se le acepte la renuncia de la herencia, quedando sin objeto cualquier acción dirigida a apartarlo de la herencia de otra forma. Lo que se busca mediante la indignidades apartar de la herencia al llamado que incurrió en alguna causal para su procedencia, y si el apartamiento se produce antes de iniciarse la acción, considero que ya no tiene sentido la tramitación de un proceso de indignidad porque quienes lo pretendan están intentando una pretensión sin objeto (OJO).
El problema se reduce, en la solución dada, al supuesto en el que la renuncia es deliberada ycon la intención de asumir la administración de los bienes de los hijos del posible indigno. En este caso, me parece que la acción correcta debe estas dirigida a impugnar la renuncia por maliciosa, intentada por el hijo del renunciante (a través de su representante), aplicándose de manera extensiva los efectos del artículo 676, aparentemente de aplicación exclusiva cuando la renuncia perjudicalos derechos de los acreedores.
Creo, por tanto, que quien haya incurrido en alguna causal de indignidad, puede renunciar a la herencia antes de que se expida la sentencia que pretende apartarlo de la herencia y siempre que la renuncia sea efectuada dentro del plazo señalado por la ley (tres o seis meses).
Tanto la aceptación (expresa) como la renuncia de la herencia han perdido aplicación ennuestros días. Son muy raros los casos en los que se las utilizan para adir o repudiar los bienes dejados por un persona. Evidentemente, respecto de la aceptación tácita o la aceptación legal, su aplicación es ineludible en todos los casos en los el heredero o el legatario no acepten expresamente la herencia o el legado o no los renuncien también de manera expresa.
No parece posible entender a...