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Mis padres llegaron hace exactamente 34 años a vivir a Quito, recién casados, y llenos de ilusiones, los dos de origen humilde, mi padre un joven de 20años el primer hijo de 7 hermanos vivos,la verdad no me acuerdo cuantos fallecidos, su padre mi abuelito, un hombre analfabeto, que le gustaba mucho el licor y por ésa bebida mi padre al igual que mistíos cuantas veces habrán tenidoque dormir fuera con su madre mi abuelita, escapando de los malos tratos que le propinaban, ella dentro de su gran amor maternal, y en contra de lo que su esposo ledecía dio el estudio a todos lossiete, por lo menos hasta el sexto grado. Mi madre una jovencita de 16 años huérfana de madre a los 2 años y de padre a los 14 años, la segunda de dos hermanas, su padredentro de lo posible ledio todo el amor, pero no el estudio, en ése tiempo las mujeres no tenían derecho a ello, trabajo desde muy pequeña en la hacienda de ésa comunidad, en el labor de hacer quesos,y por cosas deldestino, mi padre se fue a trabajar en el campo por allá, en dónde se conocieron, no llevaron mucho tiempo de conocidos pero el gran carisma de mi padre un joven vacilón, peroseguro de lo quehacía le propuso matrimonio, y un 4 de Octubre de 1970 tan sólo con mis abuelitos como testigos con anillos prestados, contrajeron nupcias, al mes siguiente decidieron viajar, entrarona una casacómo empleados domésticos, al año de esto un lunes 5 de octubre en la mañana nací en la Maternidad Isidro Ayora, el ser la mayor de tres hermanos, al igual que en cierta forma de la familiade mipadre, volcaron todas sus esperanzas en mí, a lo cual no supe enfrentar, y lo demostré con rebeldía.
La ilusión de mi padre fue que sus hijos terminen de estudiar sus carreras y regresar asutierra, por lo cual a mi hermana y a mí nos inscribió en el registro civil de Angochagua, pero a mí hermano lo inscribió aquí, por el momento esto no se ha dado ya que han comprado terreno y han...