Salida matutina
Correr para mí es una experiencia liberadora. A cadapaso que doy, en mi trote ligero y sin prisa, siento que mis pulmones se inundan de ese… cómo llamarlo… ese energizante aire marino que me nutre de vitalidad el cuerpo y el alma, produciéndome un granplacer. Mientras avanzo, mi mente siempre aprovecha y vuela por muchos lugares, me encanta imaginar lo que veo a mi paso como algo totalmente distinto, unas veces mejor pero otras peor. Hoy fue unode esos días de “otras peor”.
Durante mi recorrido me sucedió algo que aun no logro comprender del todo. Divisé a lo lejos una sombra entre la niebla, vi la imagen de un solitario caballo con unenorme cuerno saliendo de su cabeza y una cola tan larga que se enroscaba por su espalda como una serpiente a punto de atacar. Al principio pensé que la niebla le estaba jugando una mala pasada a miimaginación haciéndome ver literalmente un monstruo. La distancia que nos separaba no era mucha. De pronto una sensación extraña recorrió todo mi cuerpo, me detuve de inmediato y mis manos, mis piernas yhasta mi cabeza comenzaron a temblar, un terror, que hasta ahora no logro explicar nublaba todos mis sentidos. Mire hacia ambos lados, y a esa hora de la mañana no pude ver a nadie a quien pedir ayuda.No podía explicar por qué, pero el miedo me había paralizado; aquella figura había causado tanto espanto en mí, que por un instante pensé que estaba viviendo mis últimos minutos con vida. Extraño,¿verdad?
Pasaron unos segundos hasta que pude controlarme. Algo andaba mal, “los monstruos no existen”-me dije-. El silencio acompañaba a esa figura entre la niebla, ni siquiera podía oír el reventar...
Regístrate para leer el documento completo.