Salmo 119
Páginas: 7 (1571 palabras)
Publicado: 27 de marzo de 2013
SALMO 119:9
“¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra”
El v.9 marca el inicio de la segunda estrofa, en la cual el salmista continúa expresando su compromiso personal con la Palabra de Dios. Este es uno de los versos más conocidos de todo el Salmo 119, y merece ser estudiado a fondo. Comentando sobre este verso, Jeff Adams dice: “Este es el anhelo de un creyentesincero, que desesperadamente desea tener un corazón en pos de Dios. Este es el clamor de corazón de alguien que ya no soporta la mancha del pecado”.
Al considerar este verso, lo primero que notamos es el énfasis sobre la palabra, “joven”. ¿A qué se debe? ¿Por qué el salmista se dirige específicamente al joven? La juventud es una de las etapas más bellas de la vida – llena de sueños eidealismo. Sin embargo, es también una etapa de luchas y conflictos. “El joven tiene una carne que fácilmente se estimula con las atracciones sensuales del mundo que nos rodea” (Jeff Adams). Esto milita contra la vida espiritual. ¡Cuántos jóvenes tienen el deseo de vivir una buena vida cristiana, pero se sienten frustrados por la constante lucha contra el pecado! La pregunta quefrecuentemente se hacen es, “¿Cómo puedo vivir en santidad, siendo joven?” Lamentablemente, en medio de esta lucha, muchos jóvenes dejan el ministerio, y abandonan la vida cristiana, porque no saben como hacer frente a las tentaciones de la vida. El salmista es conciente de esas luchas, y escribe, dando la clave, de cómo obtener la victoria sobre el pecado.
La forma en que el salmista plantea la preguntaes muy interesante: “¿Con qué limpiará el joven su camino?” La palabra, “limpiará”, indica que el joven ya está manchado con el pecado: manchado con el pecado original (el pecado de Adán y Eva), y manchado también con sus propios actos pecaminosos. El salmista no considera que el joven sea bueno o noble, sino que está sucio por el pecado; el pecado ha hecho estragos en su vida espiritual. Porende, lo que el joven necesita saber, no es tanto cómo mantenerse limpio del pecado, sino cómo limpiarse del pecado que ya viene cometiendo.
El tema de la contaminación del pecado, nos lleva a considerar la manera en que Satanás nos ataca. Por lo general, lo hace presentando al pecado en forma atractiva – como algo bueno y positivo para nosotros. Fue así que engañó a Eva, llevándola apensar: “que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría…” (Gén 3:6). Pero, ¿cuál fue la realidad? En seguida que comió el fruto prohibido, se sintió sucia, y procuró esconderse de Dios (Gén 3:7-8). Esto es lo que pasa con todos nosotros. Satanás nos presenta una idea, y nos lleva a cometer un pecado, prometiéndonos felicidad. Sinembargo, cuando cedemos a la tentación, inmediatamente después nos sentimos contaminados, sucios – tanto en nuestras mentes, como en nuestros cuerpos, y en nuestras conciencias.
Como bien sabemos, el pecado es una realidad que afecta a todo ser humano. “No hay justo”, afirma las Escrituras, “ni aun uno” (Rom 3:10), y nuestras conciencias lo confirman. Pero si el pecado es tan prevaleciente(especialmente durante la juventud), ¿por qué tenemos que ser limpiados de ello? ¿No podemos simplemente reconocer y aceptar nuestra pecaminosidad? La respuesta es, ‘No’, por la sencilla razón, que si queremos agradar a Dios, debemos estar concientes que Él es santo, y en Él no hay mancha alguna de pecado. Es más, siendo santo, no puede ni siquiera mirar el pecado (Hab 1:13). Por ende, esurgente saber la manera en que podemos ser limpiados de ello.
Pero notemos que lo que necesita ser limpiado no es solo el joven, sino “su camino”; es decir, su forma de vivir (que según el salmista, está contaminada por el pecado). En otras palabras, el problema no tiene que ver simplemente con hechos aislados en la vida del joven, sino con toda su forma de ser y de pensar. Todo su ‘camino’...
“¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra”
El v.9 marca el inicio de la segunda estrofa, en la cual el salmista continúa expresando su compromiso personal con la Palabra de Dios. Este es uno de los versos más conocidos de todo el Salmo 119, y merece ser estudiado a fondo. Comentando sobre este verso, Jeff Adams dice: “Este es el anhelo de un creyentesincero, que desesperadamente desea tener un corazón en pos de Dios. Este es el clamor de corazón de alguien que ya no soporta la mancha del pecado”.
Al considerar este verso, lo primero que notamos es el énfasis sobre la palabra, “joven”. ¿A qué se debe? ¿Por qué el salmista se dirige específicamente al joven? La juventud es una de las etapas más bellas de la vida – llena de sueños eidealismo. Sin embargo, es también una etapa de luchas y conflictos. “El joven tiene una carne que fácilmente se estimula con las atracciones sensuales del mundo que nos rodea” (Jeff Adams). Esto milita contra la vida espiritual. ¡Cuántos jóvenes tienen el deseo de vivir una buena vida cristiana, pero se sienten frustrados por la constante lucha contra el pecado! La pregunta quefrecuentemente se hacen es, “¿Cómo puedo vivir en santidad, siendo joven?” Lamentablemente, en medio de esta lucha, muchos jóvenes dejan el ministerio, y abandonan la vida cristiana, porque no saben como hacer frente a las tentaciones de la vida. El salmista es conciente de esas luchas, y escribe, dando la clave, de cómo obtener la victoria sobre el pecado.
La forma en que el salmista plantea la preguntaes muy interesante: “¿Con qué limpiará el joven su camino?” La palabra, “limpiará”, indica que el joven ya está manchado con el pecado: manchado con el pecado original (el pecado de Adán y Eva), y manchado también con sus propios actos pecaminosos. El salmista no considera que el joven sea bueno o noble, sino que está sucio por el pecado; el pecado ha hecho estragos en su vida espiritual. Porende, lo que el joven necesita saber, no es tanto cómo mantenerse limpio del pecado, sino cómo limpiarse del pecado que ya viene cometiendo.
El tema de la contaminación del pecado, nos lleva a considerar la manera en que Satanás nos ataca. Por lo general, lo hace presentando al pecado en forma atractiva – como algo bueno y positivo para nosotros. Fue así que engañó a Eva, llevándola apensar: “que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría…” (Gén 3:6). Pero, ¿cuál fue la realidad? En seguida que comió el fruto prohibido, se sintió sucia, y procuró esconderse de Dios (Gén 3:7-8). Esto es lo que pasa con todos nosotros. Satanás nos presenta una idea, y nos lleva a cometer un pecado, prometiéndonos felicidad. Sinembargo, cuando cedemos a la tentación, inmediatamente después nos sentimos contaminados, sucios – tanto en nuestras mentes, como en nuestros cuerpos, y en nuestras conciencias.
Como bien sabemos, el pecado es una realidad que afecta a todo ser humano. “No hay justo”, afirma las Escrituras, “ni aun uno” (Rom 3:10), y nuestras conciencias lo confirman. Pero si el pecado es tan prevaleciente(especialmente durante la juventud), ¿por qué tenemos que ser limpiados de ello? ¿No podemos simplemente reconocer y aceptar nuestra pecaminosidad? La respuesta es, ‘No’, por la sencilla razón, que si queremos agradar a Dios, debemos estar concientes que Él es santo, y en Él no hay mancha alguna de pecado. Es más, siendo santo, no puede ni siquiera mirar el pecado (Hab 1:13). Por ende, esurgente saber la manera en que podemos ser limpiados de ello.
Pero notemos que lo que necesita ser limpiado no es solo el joven, sino “su camino”; es decir, su forma de vivir (que según el salmista, está contaminada por el pecado). En otras palabras, el problema no tiene que ver simplemente con hechos aislados en la vida del joven, sino con toda su forma de ser y de pensar. Todo su ‘camino’...
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