Salud y enfermedad
• Cotidianamente llegan a nuestra consulta personas que viene a quejarse: algo no anda, en sus vidas, en sus relaciones, en sus trabajos; algo que antes andaba ahora no anda. Y se preguntan por qué. Frente a esta demanda inespecífica sólo podemos responder con el silencio y la escucha atenta: en lo que dicesuele estar la razón de lo que se queja.
• La evolución de los conceptos de salud y enfermedad ha estado atada tanto a las determinantes socio económicas como a las culturales. El proceso de enfermar, por una parte ha tomado un sesgo cada vez más específico, y en un marco de análisis cada vez más microscópico se ha ido deslindando poco a poco del sentimiento adjudicado al sujeto: alguien estáenfermo sin saberlo ni sufrirlo. Su salud no depende de las respuestas que le devuelva su cuerpo al famoso “cuidado de si” trabajado por Foucault sino del resultado del laboratorio y sus frios indicadores.
• Según la OMS, no hay una definición oficial de salud mental, Las diferencias culturales, evaluaciones subjetivas, y la competición de teorías profesionales, hacen difícil definir "lasalud mental". En general, la mayor parte de expertos convienen que la salud mental y las enfermedades mentales no son contrarios. En otra palabras, la ausencia de un desorden mental reconocido, no es necesariamente un indicador de contar con salud mental. En cuanto a la salud como “estado de completo bienestar físico, mental y social” nos vemos obligados a asumir que la patología sería entonces laregla, y la salud la excepción.
• Vuelvo entonces a la pregunta con que inicié mi exposición: está enfermo quien llega a quejarse al consultorio? Su queja puede ser estertorea o su sutil, pero se queja, y de ello da cuenta el dispositivo puesto al servicio del paciente: alojamos su queja.
• Cuando Freud comienza a incursionar en el campo despreciado de la enfermedad por la medicina de suépoca, con esa intuición que lo llevó siempre a lo complejo, lo difícil, lo productivo, advierte que la palabra “simulación” adjudicada al padecimiento de las histéricas era absolutamente errónea en su ubicación: el sufrimiento personal era evidente, y dejaba secuela graves en las padecientes. Allí Freud, confrontado a aceptar el significante amo como esclavo o ponerlo en cuestión (histérico)produce un giro en la historia de la salud mental que al día de hoy se vuelve cada vez más irreconciliable con la visión “científica” de la salud mental en su alianza con la empresa farmacéutica. “no se puede servir a dos amos”.....algo que queda claro entonces. Incluso para sus detractores la existencia de factores causales que toman entidad específica más allá de la voluntad, conciencia o percepcióndel sujeto son aceptados con la salvedad del demérito que su bastardez científica expone.
• Para aquellos que se atrevan a enfrentar esa paradoja se abre un campo que si bien presenta muchos interrogantes, como marco epistémico aporta resolución a otros también excluidos del paradigma.
• SÍNTOMA: al tratar de definirlo es que tropezamos nuevamente con las dificultades de la propiasubjetividad. ¿O acaso no es sintomático el aprendizaje del control de esfínter? ¿quién no tiene un ritual para “ir al baño”? la cultura torna sintomática la relación del sujeto con su cuerpo (simbolizado) con el mundo (simbolizado) y con los otros (simbólicos). Es en el corazón de este enunciado donde se esconde la razón misma del psicoanálisis: el síntoma, en su versión más particular es el “modo deser” del sujeto, modo de ser aprehendido junto con la estructura simbólica del Edipo y su relación a la castración. Allí Freud propone una opción superadora de la antinomia endógeno-exógeno al plantear las “series complementarias”, donde los factores disposicionales y hereditarios (en boga por los avances de la genética) se entrelazan con los ambientales y los accidentales para establecer una...
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