Salvajes y Sentimentales
Empieza a leer... Salvajes y sentimentales
FÚTBOL ROJO
Mariano Schuster
Prólogo de Ángel Cappa
Para mi amigo Eduardo «Metropolitano» Calvo, maldito y asqueroso colchonero
Y para mi querida
Carme López M,
culée lírica y pendenciera
PrólogoDijo Albert Camus que cuanto de impor- tante sabía acerca de la moral humana lo había aprendido en el fútbol. En 1930 el escritor francés jugó de portero en el Racing Universitaire de Argel. Cuando diez años más tarde se trasladó definitiva- mente a París, hubo de buscarse un nuevo club, esta vez no como guardameta, pues su tuberculosis había dado al traste con cualquier ambición personal de-portiva, sino como aficionado. Camus se inclinó por el Racing Paris porque sus jugadores vestían la mis- ma camiseta (azul con rayas blancas) que los de su antiguo equipo argelino. Con el tiempo caería ade- más en la cuenta de que ambos equipos compartían también su carácter excéntrico, como él decía: per- dían partidos que, «científicamente», deberían haber ganado.
A Camus le gustaba hablar de fútbol.Javier Marías escribe de fútbol, más de lo que sería de es- perar en el autor de nueve novelas, dos volúmenes de relatos, siete colecciones de artículos y ensayos y numerosas traducciones, que van desde Tristram Shandy de Sterne hasta los poemas de Nabokov.
¿Cómo lo consigue? La respuesta podría encontrar- se en una anotación de su puño y letra impresa en tinta azul sobre el margen del primertexto futbolís- tico de su libro Vida del fantasma (Madrid, 1995):
«Pocas cosas me han hecho tanta ilusión en los últi-
mos años como que me pidieran escribir sobre fútbol de vez en cuando: un descanso».
En este caso el descanso no debe confundirse con dejadez o con una actitud frívola. Al contrario: como cualquier aficionado de ley, Marías se toma el fútbol muy en serio. «Descanso» podríasignificar más bien que el autor escribe desde el núcleo, allí donde las cosas están claras y él se siente seguro de sus pa- siones y de sus recuerdos. Porque ya de niño era del Real Madrid, y en los últimos años cincuenta vivió los triunfos de Di Stéfano, Puskas y Gento; y la Liga sigue siendo para Marías, pese a todas las decepciones,
«la recuperación semanal de la infancia». Por ello, las cuarentay dos piezas aquí reunidas no son sólo bri- llantes artículos y ensayos breves, sino entusiasmos, polémicas, moralidades y nostalgias narradas con el tono propio de la literatura confesional.
Este libro trata del fútbol en España y del fútbol en el mundo, de jugadores y aficionados, en- trenadores y presidentes, de triunfos tanto como de derrotas y penosas situaciones. Marías se pregunta, porejemplo, por qué, como ciudadanos, no somos capaces de sentenciar con tanta rapidez e instinto tan certero como cuando somos espectadores de un par- tido de fútbol; por qué el mismo gesto, la misma lágrima pueden parecer en el campo sublimes o ri- dículos; qué habría ocurrido si los ochenta mil es- pectadores del estadio de Chamartín no hubieran guardado pacientemente la calma tras el desplo- me deuna portería que retrasó más de una hora el inicio de una semifinal europea; y por qué los presi- dentes de los clubs se consideran imprescindibles pese a que nadie compraría nunca una camiseta con su nombre. El autor analiza el patriotismo oblicuo
o desenmascarado, las diferentes maneras de celebrar los goles, los himnos nacionales y el pasado pasiva- mente republicano de su club favorito. Sepronuncia contra las calvas y las perillas sobre el terreno de juego, pero no contra las barbas de chivo. En suma, Marías entiende este deporte como un interminable desfile de héroes, villanos y figurantes, un espectáculo tan susceptible de ser tomado en serio como el cine, con el que comparte muchas leyes de dramaturgia.
Al leer estos textos como conjunto, me llamó la atención que Javier...
Regístrate para leer el documento completo.