San Ambrosio
¨El que pregunta con mala intención no merece conocer la verdad¨
(340 – 397)
Hijo de un prefecto de pretorio de las Galias, Ambrosio pertenecía a una familia cristiana. Sin embargo, conforme a una costumbre de la época, en vigor sobre todo en las grandes familias, según la cual se retardaba e; bautismo hasta la edad adulta y aun hasta la víspera de la muerte, el niño no fuebautizado.
Huérfano muy pronto, sin embargo pudo, gracias a la solicitud de sus tutores, hacer en Roma serios estudios de gramática, de retórica y familiarizarse con los autores griegos. Habiendo entrado en la administración imperial, se le asignó Milán, con el título de “Consular” de la provincia de Liguria-Emilia.
En el ejército de sus funciones tuvo que intervenir para el mantenimiento del orden,a la hora de la elección del sucesor del Obispo Auxencio. En efecto, el difunto era un mantenedor del arrianismo; y aunque tenía sus partidarios, el colegio de electores y el conjunto de los fieles, en mayoría, habían permanecido fieles a la ortodoxia. Valentiniano l había aconsejado “escoger un hombre cuya vida pudiese servir de ejemplo”. La sesión era agitada. Y al hablar en favor de la paz,Ambrosio se mostró tan persuasivo que se vio en él, ya no al funcionario encargado de lograr la calma momentánea, sino al Pontífice capaz de restablecer definitivamente la concordia. Se escuchó una voz que gritó: “¡Ambrosio Obispo!”, y la muchedumbre la repitió con entusiasmo delirante. “Vox populi, voz Dei”. . . La elección por aclamación fue ratificada por el emperador Valentiniano. En eltranscurso de algunos días, de algunas semanas a lo más, el recién electo recibió todos los sacramentos, desde el bautismo hasta el Episcopado. Esto ocurría en el año 374. Ambrosio tenía alrededor de 34 años.
Pero este obispo improvisado carecía aun de los primeros rudimentos de la teología. ¡Qué responsabilidad la del cargo de unstruir a los demás siendo uno mismo ignorante! Consciente de la importanciade esta misión, Ambrosio se arrojó con avidez sobre la Sagrada Escritura, luego sobre los autores cristianos de los dos siglos precedentes, en particular sobre los griegos. Sin embargo, enseñar es la mejor manera de aprender: él mismo se compenetraba de la doctrina cristiana al exponerla a su pueblo de manera familiar, en parábolas y alegorías, como el Evangelio.
Predicando todavía más con elejemplo, se despojó de su patrimonio en favor de los pobres, y no temió llegar hasta vender los vasos preciosos de su Iglesia para rescatar cautivos. Su elocuencia y su prestigio se ganaron la confianza y vencieron las últimas vacilaciones de un joven retórico recién instalado en Milán: Agustín, el futuro obispo de Hipona.
Muy pronto se extendió su fama, y su influencia se ejerció mucho más allá desu diócesis. En el año 381 estuvo en el Concilio de Aquilea, que destituyó a varios obispos arrianos; luego se reunía con los obispos del Vicariato de Italia para condenar el apolinarismo; y en el Concilio de Roma de 382 su nombre figura en las actas inmediatamente después del nombre del Papa San Dámaso, antes de los de San Epifanio de Salamina y San Paulino de Antioquía.
Doctor en constanteejercicio por la enseñanza de las verdades de la Fe, Ambrosio tenía que ser al mismo tiempo el defensor de la ortodoxia. Lo fue, hasta enfrentarse, cuando se ofreció el caso, a la insolencia de la herejía y a las descaradas manifestaciones del paganismo expirante. La Emperatriz Justina trata de restaurar el arrianismo en Milán y de concederle una de las basílicas: el obispo desbarata hábilmente lamaniobra. En el año 382, el Emperador Graciano manda demostrar la estatua de la Victoria que desde el reinado de Augusto estaba entronizada en el Senado. Los senadores paganos se amotinan, Graciano es asesinado, y ellos explotan la debilidad de su sucesor, Valentiniano ll, un niño de l2 años, para volver a la carga. Su delegado, el fogoso Símaco, pronuncia un discurso inflamado. La respuesta de...
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