San cristobal
. El discurso romántico (universal) de San Cristóbal
Antes de poner en claro la puesta en escena de los espacios creados, como resultado de la extrañación, es necesario hacer una aclaración de propósitos en Ramón H. Jurado, enItinerario y rumbo de la novela panameña (1953), quien trató de fundamentar su práctica literaria – y que no debe entenderse en tanto proyecto-, como ruralismo:
Ahora bien; hay quienes niegan el valor estético y la permanencia literaria del ruralismo. Quienes así hablan –vasallos intelectuales de cualquier idea rara- pregonan la universalidad como objetivo de la labor creadora y denuncian lalimitación temática del ruralismo. Replicar a esa necedad es abrir páginas para otro ensayo. Pero sólo apuntaremos dos ideas: el ruralismo es una etapa histórica que tiene y debe ser superada una vez cumplidos sus objetivos. Segundo: la universalidad no se busca: se descubre. El hombre y su suerte en todo tiempo y lugar son elementos universales y sólo a través de nuestro hombre de carne y hueso en supersonal geografía podría encontrar la literatura panameña las condiciones de su universalización. (Jurado 1978: 60)
La práctica romántica está claramente definida. El hombre de carne y hueso, en su personal geografía, es el ambiente rural. Justamente aquí se encuentra el elemento universal para los románticos. El universo se configura en lo particular, en lo local.13 Podría pensarse que esto sería,en otras palabras, lo que para hoy día se define como la difference, con respecto a la práctica postcolonial de encontrar discursos alterativos, ya sea por el lenguaje, y por la importancia del lugar, que crean la identidad de una literatura nacional con respecto a las antiguas metrópolis coloniales (Griffith 1989: 10). Se sabe que el discurso romántico alemán, en sus distintas variaciones,articulóse como una reacción a la ilustración (universalidad) francesa,14 aunque, según el filósofo Gadamer, el romanticismo, y las prácticas de las ciencias históricas, que resultan del romanticismo, fueron levantadas sobre el suelo de la ilustración (Herlinghaus: 89). Esta posición nos ayuda a comprender la relación entre ambos discursos, no como antinomias irreconciliables, sino que un discurso (loparticular) solo es posible por el espacio abierto por el otro (lo universal), narraciones del hombre y del pueblo, sujetos contrapunteados en la modernidad.
En la situación neocolonial, Ramón H. Jurado trató de precisar una práctica específica de construcción de un signo romántico, determinado por el extrañamiento del espacio. Su ruralismo, que él incrusta como signo, es una construcción de...
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