san juan
Comerciantes instalados se quejan del desorden que priva en lo que definen como "un tianguis, dentro de otro tianguis", ya que transitar por los angostospasillos es enfrentar a decenas de vendedores que lo mismo ofrecen agua fresca, bolis, paletas, fruta, discos, perfumes, lentes, comida de todo tipo, ropa, esencias para el enamoramiento, baterías,lámparas y todo tipo de mercancías piratas o del país, además del riesgo de encontrarse con algún dueño de lo ajeno.
Don Julián explica que semanas atrás dejaron de trabajar inspectores del propio mercado,que vigilaban por el orden dentro del mercado; "este centro comercial se ha convertido en un caos a raíz de la flexibilidad de las autoridades que no han sabido imponer el orden, como debe prevaleceren un sitio como este", apuntó el hombre, mientras atendía a su clientela en el pequeño negocio.
Insiste; las escaleras de los puentes peatonales, la explanada del mercado, la Plaza Tapatía y losrincones de las áreas aledañas, pasando por los pasillos y corredores, están saturados de vendedores; "¿dónde está el administrador...?", se pregunta.
Advierte que detrás de los ambulantes existeuna estela de corrupción e impunidad, donde los líderes de estos vendedores, inspectores y hasta el propio administrador, están coludidos. "No lo digo por decirlo, estoy convenido de ello", refiere.Apunta que el desorden y la basura son parte de la "vida diaria", cuando años atrás el mercado presumía su limpieza, el orden y la seguridad; "hoy es difícil encontrar algo de esto; antes los...
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