SAN VIOLENTÍN

SAN VIOLENTÍN
Hay momentos en que vemos a la idiotez florecer a nuestro alrededor con la intensidad de una epidemia africana. De golpe, las personas que nos rodean parecen sucumbir ante el avanceimplacable de un virus -la llamada "pelotudez extrema"- adquirido en la pubertad pero de acción esporádica: basta un discurso de la presidenta, un video de caídas en YouTube o un Mundial de Fútbol paraque la bacteria de la imbecilidad se propague por el cerebro y convierta a su portador en un tarado con el raciocinio de un reggaetonero adicto a la pasta base.
Hay un día del año en que este fenómenose vuelve fácilmente observable y que pronto llegará: el 14 de febrero . Lo llaman "Día de los enamorados" y es una jornada en que las condiciones climáticas son altamente favorables para lareproducción del virus de la boludez. "San Valentin" entonces se convierte en el principal tema de conversación y los negocios se ponen a tono pegando corazoncitos de papel crêpe en las vidrieras. Los mediosse pasan todo el día celebrando la algarabía del romanticismo extremo para, al dia siguiente, lamentar las arduas tareas de recolección de preservativos sin usar en Parque Sarmiento.
Los solterosempedernidos no son ajenos a este fenómeno y aprovechan el 14 de febrero para tratar de descargar su tensión hormonal en alguna vecinita de escasa alfabetización pero con buena disposición para sopapearel termo. La celebración se compone de una serie de rituales nefastos que van desde vegetación muerta y cartitas en serie escritas por alguien más hasta pomposos osos de peluche y productos saturadosde azúcar que siembran a su paso la artera ponzoña de la melosidad. La llegada de este escenario de desenfreno romántico es el contexto ideal para que el púber de secundario incompleto despliegue sustácticas de seducción para declarársele al amor de su vida, una borrega a la que le dedicó un guante el día anterior. Tras el rechazo de la muy ingrata, el púber entra en un período emo de constantes...