sangre de campeon


ministros de economía; y son tan buenos que nos siguen convenciendo, y ya hace como 40 años que están arruinando el país con el mismo cuento; y destruyeron la industria y estatizaron la deuda externa.

Otros son periodistas que venden su obra al mejor postor, y la convencen a doña Rosa de que hay que privatizar todo, aunque dé ganancia; o hay que tener reglas de juego claras, porque sinó novan a venir inversores; y que el gobierno no debe controlar nada, y así hicieron vender hasta el petróleo; pero eso sí debe combatir la inseguridad porque en éste país ya no se puede más vivir; no permitir más los cortes, sino reprimirlos (salvo los de cierto sector afín a ellos), y expulsar a los inmigrantes ilegales (y legales) que aunque hagan trabajos necesarios, afean nuestra mezcla de razastan europea.

Otros son abogados, la mayoría de éstos forman la clase política y el poder judicial; estos con sus cuentos y versos ven crecer sus patrimonios, y cuando hacen un desastre no importa, total la gente que los vota recuerda poco. Los unos ni presentan sus declaraciones juradas; y los otros no pagan impuestos; pero ambos gozan de jubilaciones de privilegio.

Este tipo decuentistas reemplaza, a otro tipo hoy en descrédito, los militares que nos contaron cuentos llamados “revolución libertadora” o “proceso de reorganización nacional”, cuando en verdad eran feroces dictaduras puestas al servicio del poder económico de turno, que mientras torturaban y asesinaban decían “somos derechos y humanos”, o nos vendían el verso de la “seguridad nacional” ante el peligro del comunismointernacional, mientras saqueaban a "enemigos inventados" y se repartían sus patrimonio, según la importancia de su rango.

Otros cuentistas nos venden lecciones de moral, y nos piden limosnas a cambio de la “vida eterna”; muchos fueron cómplices de los anteriores, total cuando cometen un desliz los trasladan a otro lugar donde nadie los conoce, y listo; aunque sean abusadores de menores,siempre a cambio de una pocas oraciones según ellos conseguiran el perdón divino.

Hay otro tipo menos acomodado, pero mucho más numeroso que cuenta sus cuentos dándole el nombre de historia oficial, se hacen llamar educadores, y como no quieren profundizar demasiado investigando, o no quieren desentonar hacen la fácil y cuentan siempre lo mismo.

Así – dijo mi tío – que no me resulta tan rara lahistoria de la vendedora de cuentos, porque en general el que hace un cuento quiere “venderlo”; y siempre hubo estos embaucadores; ¿o acaso a los indios no les cambiaban el oro y la plata por “espejitos de colores”? ; bueno, hoy nos venden “celulares”, y son a “transistores”.

Nosotros también los conocemos, pero los volvemos a votar y los seguimos engordando y llenamos sus bolsillos de“autores de cuentos de terror”, de verdadero realismo latinoamericano (lo de mágico se lo dejamos a Harry Potter, que es inglés); y los seguimos aplaudiendo, y lo que es peor los seguimos votando, y estos cuentistas siguen siendo en el peor de los casos senadores.

Otros caídos en desgracia, están en prisión domiciliaria, aunque todos saben que estos simpáticos viejitos son asesinos, que según elloscuentan ganaron una “guerra sucia”, pero que no se trataría sino de miles de crímenes de opositores a su política; y aunque te parezca cuento, aún hoy tienen miles de admiradores."

Y así mi tío, que no es cuentista, me contó su cuento que tiene de cierto mucho, aunque de cuento poco, pero ante la necesidad lo cuento; y con tu indulgencia cuento.

Por último mi tío dijo: Me parece que uncuento nos pone en una disyuntiva, porque en general un cuento es un invento, y un invento es una mentira, aunque se apoye en varias verdades. Valoramos la verdad como forma de no repetir los errores, pero si nos esforzamos por recordar un cuento, nos esforzamos por recordar algo, que sabemos que es mentira.

Así que no te preocupes por recordar esta opinión, porque esta opinión, es puro cuento....