Sangre De Caribe Y Eslabo
Como muestra colateral a la Décima Bienal de La Habana, marzo-abril 2009, tuvo lugar en la galería “Espacio Abierto” de la revista Revolución y Cultura la exposición delensayo fotográfico Érase una vez una… Matrioshka, de la artista cubana Lissette Solórzano.
Esta muestra es un acercamiento de intenciones antropológicas, a las familias rusas que han terminadoasentándose en Cuba a partir de las relaciones con la Unión Soviética desde el triunfo de la Revolución hasta su definitiva extinción. Familias que han devenido otra de las comunidades que forman el crisol denuestra nacionalidad por su interés por el rescate de su cultura así como por la impronta creativa de las últimas generaciones que, consanguíneamente, llevan raíces de dos patrias tan distantes ydistintas.
El ensayo comienza por enfatizar la estructura casi matriarcal de las familias retratadas, a pesar del machismo que impera en ambas naciones, al resaltar el papel que ha tenido la madre comocentro alrededor del cual gravitan los miembros y en el que se sustenta la familia y la tradición cultural que traen estas mujeres consigo. También se documentan algunos pasos en dirección a unatransculturación (proceso nada ajeno para Cuba, cuya cultura ha resultado de la asimilación, decantación y mixtura de otras) a la que se suma la retroalimentación de ambas partes. Los “agua tibia”,expresión con que han nombrado al resultado de las uniones tan contrastantes como la de eslavos y caribeños, son el segundo plano de interés para la artista.
Sin embargo, la base teórica se traduce en lamuestra tan solo como la punta del iceberg. El recorrido fotográfico por el crecimiento y emigración de estas familias está recogido en una pequeña muestra audiovisual que organizó la autora con ayuda delos familiares, dando evidencias del viaje real y el viaje interior a los problemas de resistencia cultural y mestizaje. Pero además de esta plasmación, la autora se propone un trabajo más...
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