Santiago vega

Páginas: 9 (2090 palabras) Publicado: 5 de septiembre de 2010
VERDAD! - Nervioso - muy, muy nervioso, terriblemente nervioso que había sido y soy, pero ¿por qué le dicen que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos - no se destruye - embotarlos. Por encima de todo era el sentido del oído agudo. He oído todas las cosas del cielo y en la tierra. Muchas cosas oí en el infierno. ¿Cómo, entonces, ¿estoy loco? Escuchad! y observen con cuánta - latranquilidad con que puedo contar toda la historia.

Es imposible decir cómo primero la idea entró en mi cerebro, pero una vez concebida, me acosó día y noche. Objeto no había ninguno. Ni tampoco estaba colérico. Yo quería al viejo. Nunca me había hecho daño. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Creo que fue su ojo! sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de un buitre - un ojo azul pálido,con una película sobre él. Cada vez que lo clavaba en mí, me helaba la sangre, y así poco a poco - muy poco - me hecho a la idea de quitarle la vida del hombre viejo y librarme de aquel ojo para siempre.

Ahora bien, este es el punto. Ustedes me toman por loco. Los locos no saben nada. Pero usted debe haberme visto. Usted debe haber visto con qué sabiduría procedí - ¡con qué cuidado - con quéprevisión - con qué disimulo me puse a trabajar! Jamás fui más amable con el viejo que durante toda la semana antes de matarlo. Y todas las noches, hacia las doce, yo giraba el picaporte de su puerta y la abrió - ¡oh, tan suavemente! Y entonces, cuando yo había hecho una apertura suficiente para mi cabeza, levantaba una linterna sorda, cerrada, completamente cerrada, que no se viera ninguna luz, ytras ella pasaba la cabeza. Oh, ustedes se hubieran reído al ver cuán astutamente pasaba la cabeza! La movía lentamente - muy, muy lentamente, para que yo no perturbar el sueño del viejo. Me tomó una hora poner mi cabeza entera dentro de la apertura hasta el momento que pude verlo tendido en su cama. ¡Ja! que un loco hubiera sido tan prudente como yo, y entonces, cuando tenía la cabezacompletamente dentro del cuarto, abrí la linterna con cautela, ¡oh, tan cautelosamente - con precaución (pues crujían las bisagras) - iba abriendo lo suficiente para que un solo rayo de luz cayera sobre el ojo de buitre. Y esto lo hice durante siete largas noches - cada noche, a medianoche - pero siempre encontré el ojo cerrado, y por eso me era imposible hacer el trabajo, porque no era el viejo quien meirritaba, sino el mal de ojo . Y cada mañana, cuando el día, entraba sin miedo en su habitación y le hablaba resueltamente, llamándolo por su nombre con voz cordial y preguntándole cómo había pasado la noche. Ya ven ustedes que habría sido un viejo muy profundo, en verdad, para sospechar que todas las noches, justo a las doce, yo a mirarlo mientras dormía.

La octava noche fui más cautela que decostumbre al abrir la puerta. minutero de un reloj se mueve la mano más rápido que la mía. Nunca antes de esa noche, había sentido el alcance de mis facultades - de mi sagacidad. Apenas podía contener mis sentimientos de triunfo. Y pensar que allí estaba yo, abriendo la puerta poco a poco, y él ni siquiera soñaba con mis secretas intenciones o pensamientos. Me reí entre dientes ante esta idea, yquizá me oyó, porque lo sentí moverse repentinamente en la cama, como si se sobresaltara. Ahora usted puede pensar que me retiré - pero no. Su cuarto estaba tan negro como la pez, la densa oscuridad, (por las persianas estaban atados cerca, por miedo de ladrones,) y así que sabía que no podía distinguir la abertura de la puerta, y seguí empujando suavemente, suavemente .

Tenía mi cabeza en, y sedisponía a abrir la linterna, cuando mi pulgar resbaló en el cierre metálico y el viejo se enderezó en la cama, gritando: - ¿Quién está ahí? "

Me quedé inmóvil, sin decir nada. Durante una hora entera no moví un músculo, y mientras tanto yo no lo oyó acostarse. Seguía sentado, escuchando, - tal como yo lo había hecho, noche tras noche, escuchando a la muerte relojes en la pared.

Oí de...
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