SAntiago
El multimillonario Winston Charles Lucom hizo caso omiso de esta premisa, o quizás la comprendía al detalle y prefirió dejar 50 millones de dólares a la fundación que lleva su nombre.
A su tercera esposa, Hilda Antonia Piza Blondet, le dejó una renta de 20 mil dólares mensuales, el uso de unas obras de arte, un piano decola y un variado inmobiliario.
Descontenta, demandó ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Panamá la adjudicación total del patrimonio de Lucom, que falló en favor de Hilda Piza Blondet. Pero ella no pudo satisfacer su propósito. Piza Blondet falleció la semana pasada.
Winston Charles Lucom, nacido en Pennsilvania, Estados Unidos, filántropo y a la vez bendecido con la herencia recibidade su segunda esposa, Virginia Willys — hija del fundador de los Jeep Willys —, falleció el 2 de junio de 2005 en ciudad de Panamá y su última voluntad fue apoyar a “los niños con necesidades en Panamá (...) A escuelas de niños que no tienen alimento para su almuerzo”, como señala el testamento.
Pues bien, se cumple un año de la solicitud de la Fiscalía Cuarta Superior a la Corte Suprema deJusticia para que anule el fallo en favor de Hilda Antonia Piza Blondet.
El argumento de la fiscalía consiste en que el proceso de adjudicación del patrimonio en favor de la señora Piza Blondet estaba viciado de nulidad absoluta.
El proceso afectó los intereses del Estado panameño y los municipios —por ser los responsables de la manutención de los niños “con necesidades”—, interesadosdirectos en el testamento y que jamás fueron representados. Pero ahora que falleció la señora Piza Blondet, en el país crece la expectativa de qué pasará con los 50 millones que Lucom dejó de herencia.
El caso de Lucom concreta las palabras del abogado Juan Pablo Fábrega sobre la pesadilla que significan los procesos de sucesión ante un juez de la República: “El cumplimiento de un testamento sematerializa post mórtem con una decisión judicial de una entidad de derecho público, tras un procedimiento carente de privacidad o de reserva, usualmente dilatado por la burocracia propia de estos trámites y con elevados costos para los herederos”.
Si antes de fallecer Lucom se hubiera asesorado de otros modos de hacer cumplir su voluntad, se habría evitado la espectacular difusión de larepartición de su herencia en los medios de comunicación, sería innecesaria la demanda en contra de los tres magistrados de la CSJ por su fallo que favoreció a una única heredera, y miles de niños panameños tendrían un mejor porvenir.
Winston Charles Lucom podía haber constituido una fundación de interés privado, o realizar un contrato de fideicomiso, o hacer una donación de sus bienes en usufructo ohaber configurado acciones al portador de una sociedad anónima.
“Son posibilidades contempladas en la legislación panameña, tienen años de tradición, la ventaja de ser más fáciles de efectuarse y se demoran menos en comparación con el trámite judicial hereditario ”, asegura el abogado Heriberto Estribí, de la firma Panamá Global Solutions.
Con testamento
El caso de Lucom lleva más de 5 añossin una decisión en firme, y al parecer continúa una larga espera para el veredicto final.
“Dos años es el tiempo máximo de resolución en los procesos judiciales de repartición de herencia en los casos sin testamento, y de menos de 18 meses con testamento”, compara el exmagistrado Rubén Elías Rodríguez.
El testamento designa el bien específico que recibe una persona, la manera y el momentoen que debe recibirlo, y puede realizarse en forma abierta o cerrada, ambas diligencias ante cualquier notario del país.
“El testamento abierto se celebra ante un notario y delante de tres testigos. El funcionario lo eleva a escritura pública. En uno cerrado, el titular de un patrimonio entrega el documento en sobre sellado a un notario, y le dice que allí va contenida ‘mi última voluntad’,...
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