Sarte - Hernandez

ufeffLa tentación de la responsabilidad


“…algo evidentemente marcha mal
y lo que andaba mal era la duda sobre todo
porque no había duda posible
era la oscuridad especialmente
porque todo estaba claro…”

(El cumpleaños de Juan Ángel – Mario Benedetti)


En argentina, la imagen del intelectual comprometido, sin duda, tiene como principal exponente a Rodolfo Walsh. Su obraperiodística, su quehacer literario, su compromiso político, su vida misma, se nos presenta ---a priori--- como heredera lógica del hombre libre sartreano.
Su vida ha sido objeto de numerosas interpretaciones, hay un variedad de voces y colectivos que se han alzado para rememorar su memoria, para destacar su tenacidad ideológica, su exquisita pluma, su inclaudicable compromiso siempre vivo en susescritos, se ha dicho mucho y a la ves muy poco.
El altruismo, que puso fin a sus días, colaboro en buena medida a resignificar la obra de este escritor, que con el correr de los años fue objeto de disimiles versiones, reflejando cada una de ellas, distintos aspectos, que según la coyuntura, eran destacables.
De manera que, y haciendo un corte arbitrario, de unos años a esta parte, el derroterointerpretativo bien podría reducirse a dos Walsh en disputa: por un lado el inmaculado periodista, el fácilmente ponderable, agasajado por su pluma, su aptitud ajedrecista, su novela policiaca sin más virtud que ser el puntapié de un género novedoso ---como si fuera poco---. Un personaje –a priori-- aislado que hace las veces de material protocolar, un prócer moderno. Basta ver las editorialesde varios de los matutinos locales en el Día del Periodista, para reconocerlo ahí, apagado, triste, viejo.
Por el otro lado, surge el hombre militante, escritor pero con causa, brillante pero humano, el costado mas trágico, un muchacho incisivo, que se mete donde no debe. El de las contradicciones, el del cariño a Evita, el de la saña a Perón, la clandestinidad, la resistencia, las pruebas,el testimonio, la carta.
Vemos la muerte del militante como icono simbólico a revalorizar, sobre todo en la famélica vida política –aunque cada vez menos-- de las ultimas décadas. Pero también vemos, la muerte del periodista, como causa de un destino ineludible de todo aquel que augure elevarse en defensor de la libre expresión, que en medio de una vorágine informativa de variados tintes yestilos, no interroga los fines, solo pondera los medios. Esta última perspectiva, quizás, sea la menos honesta. Es preferida por los oportunistas y suele devenir en algún acto homenaje, donde cierta institución recibe el nombre del escritor, es mas bien un juicio de protocolo.
La otra, quizás, la mas sincera, encierra un esfuerzo mayor por reivindicar todas las facetas de Walsh, se reconocen susintervenciones en distintos planos, superpuestos claro esta, el periodista, el escritor, el militante, el hombre. Se lo incluye en la vitrina de los grandes nombres del pensamiento argentino.
David viñas al analizar la conexiones entre la política argentina y el espacio textual, lo plantea ---a Walsh y su obra--- como parte fundamental de un curso trágico del país, que se inaugura con ladenuncia del asesinato del Cacho Peñaloza, en 1863, por parte del aun discreto José Hernández, que recrudece luego, en el He visto morir de Roberto Arlt y el testimonio del asesinato de Di Giovanni en 1931 y encuentra su continuo en 1957 con la publicación de Operación Masacre, y la denuncia del asesinato de un grupo de sublevados generales contra el gobierno de facto. Viñas observa que cada una deestas obras representa un punto de inflexión, es decir, una piedra de toque que permite cristalizar la relación entre literatura y política en argentina. Se asiste en un acto de corroboración a la liquidación del gaucho rebelde, la eliminación del inmigrante peligroso, la masacre del obrero subversivo. Como cuarto blasón, postula el inaugurado por La carta abierta a la dictadura de 1977, que...