Sartre y La Primera Aproximación Al Prójimo

Sobre la primera actitud hacia el Prójimo
(El amor, el lenguaje y masoquismo)

“En el amor, no deseamos en el prójimo ni el determinismo pasional ni una libertad fuera de alcance, sino una libertad que juegue al determinismo pasional y quede presa de su juego”
En la filosofía de Jean-Paul Sartre, la realidad humana es un proyecto por realizar, separándonos del Ser en-sí por nuestra unióncon la nada y la ineludible libertad. No somos, pues, el constructo de nuestro pasado, de lo que ya hemos hecho de nosotros mismos, porque en el presente nos encontramos frente a la nada y la obligación renovada de elegirnos incesantemente en el mundo de nuestros posibles: la nada y la libertad conspiran con esto que somos, nos imponen una gran responsabilidad y el difícil peso que conlleva tratarde ser algo día a día cuando ya no somos más nuestro pasado. El hombre vive en agonía dentro del movimiento que está obligado a dirigir, pero su ser no está todavía plenamente constituido. Si las circunstancias de la soledad consigo le resultan penosas, la aparición del Otro supone nuevos conflictos interiores: La mirada ajena nos cristaliza en una objetividad a la que no tenemos acceso, pero dela que somos en cierto modo responsables; no soy más el cuadro impresionista que me pintado de mi misma, puesto que aparecen determinaciones que se me imponen desde afuera totalmente desconocidas.
El Otro, aun sin articular palabra, con sólo observarnos nos coloca frente a un espejo que nos muestra tal y como realmente somos. La desnudez siempre resulta incomoda ante el ojo vigilante que develala vulnerabilidad y los defectos que se encontraban escondidos, por lo que aparecen sentimientos que no hubiesen podido nacer en aislamiento: la vergüenza es el más característico de todos. El prójimo me funda como Ser en-sí en tanto me vuelvo objeto para él. Pero no nos quedamos en una tranquila pasividad recibiendo determinaciones, las actitudes que tenemos hacia nuestro Ser para-otro son elfundamento de las relaciones concretas con el prójimo. En efecto, el para-sí es a la vez huida y persecución del en- sí: el hombre no quiere ser cosificado, sin embargo, la nada lo abruma y necesita determinarse como un en-sí pues ha trascendido su facticidad, su forma de ser proyecto le inclina a cristalizarse de nuevo como algo. El prójimo hace de esa desventurada fluctuación una determinaciónconcreta, porque soy proyecto para su objetivación en tanto mi ser incompleto se desenvuelve ante sus ojos, por esta razón me veo en la necesidad de adquirir ese nuevo en-sí que se me ha impuesto y dejar de ser nada. Las dos actitudes que pudieran nacer del hecho de mi objetivación son: o tratar de trascender esa trascendencia que se me ha impuesto, objetivando al otro; o ver esa transcendenciacomo parte de lo que hace que mi ser surja como tal, querré apropiármela para ser fundamento de mi mismo en tanto asumo que el prójimo también es libertad constituidora. La asimilación misma de ser proyecto a cotejar por el prójimo es ya una actitud hacia su existencia, admito la presencia que me termina de componer como soy. Las dos actitudes primigenias se encuentran en un círculo, una especiede dialéctica siempre presente en el resto de las actitudes hacia el otro, pero conviene comenzar primero por aquellas actitudes en las que se asume al prójimo como libertad.
Las relaciones con el otro son esencialmente conflictivas. La mirada del otro me muestra aspectos de mi que me eran totalmente desconocidos, el otro me posee. Soy responsable de lo que él está viendo, aunque sea él quienfunda esta nueva perspectiva mía. La responsabilidad que tengo de mismo me reivindica y hace que quiera recuperarme, me convierto en proyecto de recuperación de mi ser para fundarlo desde mi propia libertad y terminar con la posesión. Esto no quiere decir que quiera eliminar mi ser para-otro, sino que ahora debo asumirme bajo el punto de vista del otro, enfrentándolo como uno de mis posibles que...