savater
Las cosas que pueblan el mundo real insisten en permanecer idénticas a sí mismas, oponiéndose a la voluntad transformadora de la conciencia activa delhombre. Nuestra perspectiva activa es demoledora, pues lo primero que podemos conocer del mundo es que lo estamos deshaciendo. Conocemos el mundo al intervenir en él, contra él e intentar vencer suinercia, así descubriremos lo que en primer lugar nos interesa de nosotros mismos. Somos lo que no deja en paz a las cosas, lo que combate contra ellas: nuestra raíz es esencialmente polémica. ¿Y por quéel hombre no deja en paz a las cosas sino que combate contra ellas, hasta deshacer su resistencia? El hombre no puede dejar de enfrentarse a las cosas, porque así prueba que él no es cosa alguna. Nopuede haber complicidad entre lo que la cosa tiene de cosa y el hombre que es dinamismo, salvo que la cosa termina por ser deshecha y rehecha.
Lo que hacemos se instala frente a nosotros comoproducto y nos reclama una y otra vez a volver sobre ello para sostenerlo; lo que somos se subleva contra todo producto, contra toda configuración dada y ansía desmentir cualquier rostro definitivo quepretenda concederse a su ímpetu. El producto es ante todo identidad consigo mismo: es cosa. Engloba al sujeto que le creó, pero sólo en cuanto idéntico a la cosa, invariable, necesario. El yo sujeto quetodavía carece de identidad no se reconoce pues por un lado comparte lo de querer activamente pero, por otro le contraria que tal querer no sea ya posible, sino necesario; siendo apertura a laposibilidad pura: libertad, en nada puede reconocerse peor el yo que en lo necesario. El yo para vivir, es decir para cumplir la posibilidad desafiante de su libertad, necesita identificarse, pero una vez...
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