Schiller

Instituto ESpaM"o1"ReinaSopa", Atenas
El icono bizantino es una creación polifacética que puede ser considerada desde muy diversos puntos de vista. Intentar abarcarlos todos, incluso aquéllos solos que se relacionan con su connotación estética, seria tarea que no cabria en los limites de esta comunicación. Es necesario pues desdc el principio fijar con precisión desde qué perspectiva vamos aconsiderar aquf al icono. Va a ser ésta únicamente la que lo contempla como objeto artístico destinado a una finalidad especificamente religiosa. Es decir, intentaremos ver los aspectos materiales y formales de esta obra de arte en relación directa con la funcionalidad a que le destinan sus creadores y en el contexto en que éstos y los que hacen uso de ella, la colocan. El icono es un tesoroexclusivo del mundo bizantino. En occidente existen imágenes religiosas --incluso las más antiguas- pero no son iconos en el sentido estricto de la palabra. partir del Renacimiento, nuestras Vírgenes con el Ni plo, pueden ser consideradas, las más de las veces, como una s h ple representación de la maternidad. Oriente, por el contrario, en la plasmación del mismo tema, repite invariablemente, desdesiglos, inalterados modelos hieráticos, radiantes de luz dos de oro.

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Comunicacióri presentada a las 111 Jornadas sobre Bizancio,Madrid 9-1 1 ,Mayo, 1983.

sta diferencia se debe quizás a una disparidad de temperamento y, concretamente, de tem nto religioso: Los occidentales habrían asimilado más la h greco-latina, mientras que los orientales se habrían inclinado, sobre todo, hacia lo cultosde origen persa, proclives a la mística. Entrar en semejantes consideraciones, que frecuenlemnete entremezclan lo subjetivo con lo objetivo, no es objeto de nuestro terna; nos basta señalar que la diferencia existe, porque el criterio 6tico para enjuiciar la obra arte religioso en Oriente y en cidente dista mucho de ser
i se quiere indagar en las razones de la actual diferencia de los s, deberátenerse en cuenta en primer lugar que desde 1453, con la calda de Gonstantiriopla, la Iglesia izantina, antes de la eclosión del Renacimiento, cuyo nacer trató de ahogar violentamente, inicia un período de letargo en el que, por necesidad de e forzada a mantener vigentes en todos los camrgia, en doctrina, en administración y

a, se remonta ya a los La diferencia, sin embargo,, es más orígenes. Másque una di , consiste en una diferencia de concepciÓn2. entenderlo hace falta retroceder a los comienzos históricos del icono con el fin de proponer luego algunos criterios estéticos.

(1) Este tema ha sido ampliamente analizado por Runciman en su obra Byzance apris Byzance.
(2) En el románico occidental, por qcmplo, las formas mn bastante parecidas. Véase, Puig i Cadafalch J., Les iconostaseseF les retables catalans, en el tomo "En Memoria de Spiridon Lamprou", Atenas 1935, p. 38.5-388. Recientemente, sobre este tema ha aparecido la obra de C. Chirópulos, Pintura románica y pintura bizantina, Atenas 1980 (en griego). Adelantando algunas conclusiones de este trabajo con el fin de hacer más comprensible su desarrollo, se debe tener en cuenta que mientras Occidente, por decirlo en unapalabra, mira la imagen como un recordatorio inerte, como un retrato de familia que no hace sino evoca al ser representado, Oliente lo considera como algo vivo, operante y dotado de energía, en el que se valora menos o no se valoia en absoluto el parecido realista con el original que intenta representar. Por esta razón vamos a rastrear a continuación los antecedentes del icono en su sentido derepresentación plástica eficiente, dotada de dinamismo interno. Así es como en realidad lo considera el cristianismo oriental. No entraremos por tanto en sus antecedentes en cuanto estilo pictórico y por esto dejaremos de lado toda referencia ai aite del período helenístico y a los llamados retratos mortuorios de El Fayum.

En el s. V, en Roma, el arte está bajo el control dc la Iglesia y de las...