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EL MONJE QUE VENDIÓ SU FERRARI ROBIN S. SHARMA
PLAZA & JANES EDITORES, S.A. Título Original: The Monk Wbo Sold His Ferrari Traducción de Pedro Fontana Sexta edición en U.S.A.: enero, 2002 Impreso en España Para mi hijo Colby, por hacerme pensar día a día en todo lo bueno de este mundo. Dios te bendiga
AGRADECIMIENTOS El monje que vendió su Ferrari ha sido un proyecto muy especial que havisto la luz gracias al esfuerzo de gente también muy especial. Estoy profundamente agradecido a mi magnífico equipo de producción y a todos aquellos cuyo entusiasmo y energía han hecho posible que este libro sea una realidad, en especial a mi familia de Sharma Leadership International. Vuestro compromiso y sentido del éxito me conmueve de veras. Gracias especiales: A los millares de lectores demi primer libro, MegaLiving!, que tuvieron la bondad de escribirme y compartir sus historias de éxito o asistir a mis seminarios. Gracias por su apoyo y su cariño. Ustedes son la razón de que yo haga lo que hago. A Karen Petherick, por tus incansables esfuerzos para que este proyecto cumpliera los plazos previstos. A mi amigo de la adolescencia John Samson, por tus perspicaces comentarios sobre elprimer borrador, y a Mark Klar y Tammy y Shareef Isa por vuestra valiosa aportación al manuscrito. A Úrsula Kaczmarczyk, del departamento de Justicia, por todo el apo2
yo. A Kathi Dunn por el brillante diseño de la cubierta. Creía que nada podía superar a Timeless Wisdom for Self-Mastery. Me equivocaba. A Mark Victor Hansen, Rick Frishman, Ken Vegotsky, Bill Oulton y, cómo no, a Satya Paul yKrishna Sharma. Y, sobre todo, a mis maravillosos padres, Shiv y Shashi Sharma, que me han guiado y ayudado desde el primer día; a mi leal y sabio hermano Sanjay Sharma y a su esposa, Susan; a mi hija, Bianca, por su presencia; y a Alka, mi esposa y mejor amiga. Todos vosotros sois la luz que ilumina mi camino. A Iris Tupholme, Claude Primeau, Judy Brunsek, Carol Bonnett, Tom Best y MichaelaCornell y el resto del extraordinario equipo de Harper Collins por su energía, entusiasmo y fe en este libro. Gracias muy especiales a Ed Carson, presidente de Harper Collins, por ser el primero en ver el potencial de esta obra, por creer en mí y por hacerlo posible.
La vida, para mí, no es una vela que se apaga. Es más bien una espléndida antorcha que sostengo en mis manos durante un momento, yquiero que arda con la máxima claridad posible antes de entregarla a futuras generaciones. GEORGE BERNARD SHAW
UNO El despertar Se derrumbó en mitad de una atestada sala de tribunal. Era uno de los más sobresalientes abogados procesales de este país. Era también un hombre tan conocido por los trajes italianos de tres mil dólares que vestían su bien alimentado cuerpo como por su extraordinariacarrera de éxitos profesionales. Yo me quedé allí de pie, conmocionado por lo que acababa de ver. El gran Julián Mantle se retorcía como un niño indefenso postrado en el suelo, temblando, tiritando y sudando como un maníaco. A partir de ahí todo empezó a moverse como a cámara lenta. «¡Dios mío –gritó su ayudante, brindándonos con su emoción un cegador vislumbre de lo obvio–, Julián está en apuros!» Lajueza, presa del pánico, musitó alguna cosa en el teléfono privado que había hecho instalar por si surgía alguna emergencia. En cuanto a mí, me quedé allí parado sin
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saber qué hacer. No te me mueras ahora, hombre, rogué. Es demasiado pronto para que te retires. Tú no mereces morir de esta forma. El alguacil, que antes había dado la impresión de estar embalsamado de pie, dio un brinco yempezó a practicar al héroe caído la respiración asistida. A su lado estaba la ayudante del abogado (sus largos rizos rozaban la cara amoratada de Julián), ofreciéndole suaves palabras de ánimo, palabras que él sin duda no podía oír. Yo había conocido a Julián Mantle hacía diecisiete años, cuando uno de sus socios me contrató como interino durante el verano siendo yo estudiante de derecho. Por...
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