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Vamos a tener también que pensar más acerca de cómo tratar conla globalización financiera. Como consecuencia de la crisis asiática de los años noventa hubo algunos llamados para imponer restricciones de largo plazo en los flujos decapital internacionales, no solamente controles temporales en tiempos de crisis. En su mayor parte, estos llamados fueron rechazados a cambio de una estrategia deacumulación de grandes reservas de moneda externa que se suponía que espantarían las crisis futuras. Ahora parece que esta estrategia no funcionó. Para países como Brasil y Coreaello debe parecer como una pesadilla: después de todo lo que han hecho, están atravesando por toda la crisis de los noventa de nuevo. No está claro exactamente qué formadebe tomar la siguiente respuesta, pero la globalización financiera definitivamente ha resultado aun más peligrosa de lo que nos dimos cuenta.
El poder de las ideasComo se habrán dado cuenta los lectores, yo creo no sólo que estamos viviendo una nueva era de la economía de la depresión sino que John Maynard Keynes, el economista quele dio sentido a la Gran Depresión, es hoy más relevante que nunca. Keynes concluyó su obra maestra, La teoría general del empleo, el interés y el dinero, con una famosadisquisición acerca de la importancia de las ideas económicas: “Tarde o temprano son las ideas, no los intereses creados, las que son peligrosas para bien o para mal”.
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