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sugiere una antítesis entre laCiencia, producto de la razón, y el sentimiento que nos impulsa a los actos más carentes de sentido-y nos hace perderlo también-. Con 15 años, inclusodecepciona leer que aquello “tan especial y exclusivo” que sientes se pueda sustentar en unas bases bioquímicas con un patrón similar en todos los enamorados.
Partimosde toda una red neuronal que queda desarrollada –a partir de experiencias, estímulos, etc.-a los 5-8 años y que va a determinar que nos enamoremos de un chico yno de otro (leí algo en Mente y Cerebro referido sólo a aspectos físicos…Sin embargo, y esto es mi opinión, el mapa o el modelo al que ha de responder ‘mienamorado’ no creo que se reduzca a estos últimos). Luego, la ‘sopita’ de FEA que baña todo el cerebro, el incremento de la dopamina, y toda la cascada que conocéismejor que yo. Se activan áreas del sistema de recompensa y se inhiben los circuitos cerebrales responsables de las emociones negativas y de la evaluaciónsocial… Según esto, es lo“normal” sentirnos felices, casi “hipomaníacos”, experimentar algún pensamiento intrusivo, sensación de descontrol y el desprecio a losaspectos negativos del otro.
Empieza a ser, pienso, algo patológico cuando el estar con el ser querido adquiere las características de adicción, se necesita dosiscrecientes e irracionales de control y posesión del otro, o cuando se asocia a obsesiones y compulsiones que llegan a deteriorar aspectos importantes de la vida
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