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Páginas: 8 (1780 palabras)
Publicado: 10 de junio de 2014
¡ Como se van las horas,
y tras ellas los días,
y los floridos años
de nuestra frágil vida !
La vejez luego viene
del amor enemiga,
y entre fúnebres sombras
la muerte se avecina,
que escuálida y temblando,
fea, informe, amarilla,
nos aterra, y apaga
nuestros fuegos y dichas.
El fuego se entorpece,
los ayeres nosfatigan,
nos huyen los placeres
y deja la alegría.
Si esto, pues, nos aguarda,
¿para qué, mi Dorila,
son los floridos años
de nuestra frágil vida?
Para juegos y bailes
y cantares y risas
nos los dieron los cielos,
las Gracias los destinan.
Ven ¡ay! ¿qué te detienes?
Ven, ven, paloma mía,
debajo de estas parras
do leve el viento suspira, y entre brindis suaves
y mimosasdelicias
de la niñez gocemos
pues vuela tan aprisa.
Epístola Moral a Fabio
Fabio, las esperanzas cortesanas
prisiones son do el ambicioso muere
y donde al más astuto nacen canas.
El que no las limare o las rompiere,
ni el nombre de varón ha merecido,
ni subir al honor que pretendiere.
El ánimo plebeyo y abatido
elija, en sus intentos temeroso,
primero estarsuspenso que caído;
que el corazón entero y generoso
al caso adverso inclinará la frente
antes que la rodilla al poderoso.
Más triunfos, más coronas dio al prudente
que supo retirarse, la fortuna,
que al que esperó obstinada y locamente.
Esta invasión terrible e importuna
de contrarios sucesos nos espera
desde el primer sollozo de la cuna.
Dejémosla pasar como a la fiera
corriente delgran Betis cuando airado
dilata hasta los montes su ribera.
Aquel entre los héroes es contado,
que el premio mereció, no quien le alcanza por vanas consecuencias del estado.
Peculio propio es ya de la privanza
cuanto de Astrea fue, cuando regía
con su temida espada y su balanza.
El oro, la maldad, la tiranía
del inicuo procede y pasa al bueno.
¿Qué espera la virtud o qué confía?
Ven y reposa en el materno seno
de la antigua Romúlea, cuyo clima
te será más humano y más sereno.
Adonde por lo menos, cuando oprima
nuestro cuerpo la tierra, dirá alguno:
«Blanda le sea», al derramarla encima;
donde no dejarás la mesa ayuno cuando te falte en ella el pece raro o cuando su pavón nos niegue Juno.
Busca, pues el sosiego dulce y caro,
como en la oscura noche del Egeobusca el piloto el eminente faro;
que si acortas y ciñes tu deseo
dirás: «Lo que desprecio he conseguido,
que la opinión vulgar es devaneo».
Más precia el ruiseñor su pobre nido
de pluma y leves pajas, más sus quejas
en el bosque repuesto y escondido,
que agradar lisonjero las orejas
de algún príncipe insigne, aprisionado
en el metal de las doradas rejas.
Triste de aquel que vivedestinado
a esa antigua colonia de los vicios,
augur de los semblantes del privado.
Cese el ansia y la sed de los oficios,
que acepta el don y burla del intento
el ídolo a quien haces sacrificios.
Los disfrazados
1906
Sainete cómico-lírico-dramático en un acto presentado en el teatro Apolo en el año 1906.
Carlos M. Pacheco (1881-1924)
Personajes
Doña Pepa (60 años) Rosalía, su hija (20 años)
Don Andrés (60 años)
Don Pietro (45 años)
Elisa (25 años)
Hilario (23 años)
Machín (30 años)
El Vasco (30 años)
Malatesta (25 años)
Ramón (25 años)
Pelagatti (40 años)
El Gato (20 años)
Un gaucho (cantor)
Un gauchito
Un cocoliche
Una vecina
Un payasito
Un esqueleto
Paisanos
Compadres
Bailarinas
Vecinos, máscaras y coro general
Laacción en Buenos Aires, una tarde de carnaval.
Patio de un inquilinato. Puerta de calle a foro y puertas laterales. A la derecha escalera que conduce a las habitaciones altas enfrentadas a foro y laterales por una baranda. No es el conventillo porteño sucio y complicado. Es un patio donde el autor toma sus apuntes de la vida popular sin necesidad de taparse las narices. Hay en el ambiente cierto...
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