Señor
Vocabulario importante o específico
Artículo de opinión del Secretario General, Kofi Annan
Cada día, más de 8.000 personas mueren de SIDA. Cada hora, cerca de 600 personas se infectan. Cada minuto, un niño muere a causa del virus. Al igual que la vida -y la muerte- siguen adelante después del 11 de septiembre, nosotros debemos continuar nuestra lucha contra la epidemia deVIH/SIDA. Antes de los ataques terroristas de hace dos meses, un formidable impulso se había logrado en esa lucha. Perder ese impulso sería agravar una tragedia con la otra.
El VIH/SIDA es un desastre de proporciones globales. Nuevos datos, publicados antes del Día Mundial de Lucha contra el SIDA el 1 de diciembre, muestran que más de 40 millones de personas viven con el virus. La amplia mayoríade ellos está en el Africa Subsahariana, donde la devastación es tan aguda que se ha convertido uno de los principales obstáculos al desarrollo, empobreciendo países enteros y limitando sus posibilidades de recuperación. Pero zonas del Caribe y de Asia no están tan atrás, y la pandemia también se está extendiendo en una tasa alarmante en el este de Europa.
Durante demasiado tiempo, el progresoglobal en hacer frente al SIDA fue penosamente lento, y en ninguna parte proporcional con el desafío. Pero el año pasado, para muchos en la comunidad internacional, la magnitud de la crisis ha finalmente comenzado a calar hondo (tief durchdringen). Nunca en las dos largas décadas que el mundo ha enfrentado esta creciente catástrofe, ha habido semejante sentido de compromiso común y de posibilidadcolectiva frente a la epidemia. La opinión pública ha sido movilizada por los medios, las organizaciones no gubernamentales y los activistas, por los médicos y los economistas, y por la gente que vive con la enfermedad. Las compañías farmacéuticas, han hecho que sus drogas contra el SIDA sean más accesibles en los países pobres, y un creciente número de corporaciones han creado programas paraproveer tanto prevención como tratamiento para empleados y sus comunidades. Las fundaciones están realizando de manera creciente contribuciones generosas e imaginativas, tanto financieras como intelectuales, en la prevención, en la reducción de la transmisión madre-hijo, en la búsqueda de una vacuna.
En un creciente número de países, se han lanzado campañas de prevención efectivas, tomando en cuenta elcontexto cultural local. Ha habido un creciente reconocimiento, entre los donantes y los países más afectados, del vínculo inextricable (unentwirrbare Verbindung) entre prevención y tratamiento. Ha habido un nuevo entendimiento del alto costo que el SIDA está cobrando entre las mujeres y el rol clave que tienen las mujeres en la lucha contra la enfermedad.
La familia entera de las NacionesUnidas está completamente comprometida en la primera línea de esta batalla, trabajando por un plan estratégico común y apoyando los esfuerzos nacionales, regionales, y globales a través de nuestro programa conjunto, el ONUSIDA (Objetivos de las Naciones Unidas sobre el SIDA). Quizá más importante que todo, una nueva conciencia y compromiso se ha arraigado entre los Gobiernos - más notablemente enAfrica- a medida que más y más líderes están hablando con franqueza (Aufgeschlossenheit) sobre el SIDA en su propio país.
En junio último, los miembros de la Naciones Unidas se reunieron en un período especial de sesiones de la Asamblea General para diseñar una comprensiva y coordinada respuesta global a la crisis del SIDA. Ellos aprobaron una poderosa declaración de compromisos, llamando a un cambiofundamental en nuestra respuesta al VIH/SIDA como un desafío económico, social y de desarrollo global de la más alta prioridad, el cual debe ser abordado en todos aquellos frentes. Ellos reafirmaron su promesa, hecha por los líderes mundiales en su Declaración del Milenio, de detener, y comenzar a revertir la expansión del SIDA para el año 2015. Y ellos establecieron una serie de objetivos y...
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