Señorita

Un bufido escapó de los labios de la rubia al tiempo que apretaba el botón rojo de su control remoto, apagando la pantalla plana que había en su habitación. Por más moderno que fuera el aparato, lascosas que pasaban eran completamente aburridas y estúpidas. No encontraba lógica alguna en ningún programa que veía, y la mayoría lograban aburrirla en cuestión de escasos minutos. Se levantó de lacama y tiró el control a esta, sin prestar atención sobre dónde caía. Caminó por la casa, la cual era excesivamente grande a pesar de que únicamente tres personas vivían en ella. Bajó las escaleras ymiró a su alrededor, buscando a su hermano con la mirada; asomaba la cabeza en cada habitación de la planta baja del edificio hasta que lo encontró en la biblioteca, con un libro entre sus manos. Sonrióligeramente y se acercó a él; posó su dedo entre las hojas y bajó el libro con facilidad.- Esta noche vamos a salir, en media hora. –Informó, notando como su hermano formaba una mueca con suslabios.- Y nada de quejas, Aaron. Muero de hambre, ¿no querrás que tu adorada hermana muera apenas toque el sol, verdad? –Preguntó, con una sonrisa de fingida inocencia. Soltó el libro y salió de labiblioteca, notando como Nevenka estaba en la sala, sentada sobre las piernas de un hombre que por primera vez veía por ahí, lo que explicaba que era humano.- Uh, eso se ve apetitoso, guárdame un poco.–Murmuró la vampira, con una sonrisa ladina, relamiendo sus labios. La castaña la miró y le dedicó una sonrisa cómplice, y, el hombre miró a la rubia, dedicándole una sonrisa también.- Puedes unirte sigustas, preciosa. –Pronunció, con voz ronca. La rubia se limitó a negar.- Oh, no, no querrás ver a esa chica celosa. Podría destrozarte. –Comentó, algo que para él sonó posesivo, para ella era algo literal.Se encogió de hombros y se dirigió a su habitación nuevamente, donde reemplazó su vestido sencillo por un pantalón negro, pegado al cuerpo, una blusa roja y una chaqueta negra. Se puso unos...