Se dice que entre las miradas se esconde el secreto más bonito, más genuino y más sincero del mundo. Que el valor que tiene una mirada es incomparable y quepor supuesto no tiene precio que siquiera le ate los cordones. Se dice que cuando dos personas se miran a los ojos se conectan de tal forma que no hacen faltapalabras para comunicarse, que esta es tan fuerte y penetrante que supera las cosas que se podrían decir con sintagmas y que entran en un estado de paz únicoe incomparable. Reconozco y proclamo esas andanzas, porque he visto la mirada de una madre que acaba de dar a luz, la de una pareja de ancianos cuando caminanpor la plaza a media tarde, la de dos enamorados sonrojados antes de que el padre les de las santa bendición del matrimonio, la inocente y pero esplendorosamirada de dos infantes en un patio de juegos, he visto a una madre mirar con desasosiego a su hijo al perder a su esposo, la de un nieto arrepentido y depuradoque mira fijamente la lapida de su abuelo, la de un ladroncillo avergonzado cuando es encarcelado para con su madre, he visto el brillo de los ojos de unpadre, que enmarca el orgullo cuando su hijo se recibe en su carrera, he visto la celosa mirada de este cuando su hija presenta a su novio en casa, de fortuna hetenido el agrado de ver la mirada atenta y perspicaz de un pequeño que mira las mil y una maravillas del mundo desde su coche. Despues de ver esto
, todasproductos de las miradas y no me cabe duda como para desafiar que ese secreto no existe, que esa situación no fructua y que esas mil y un miradas no se conectan
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