Se mira
Las tardes de invierno en el pueblo son frías y grises, como en la mayoría de las ciudades, pero acá hay una particularidad, la gentese ve confundida.
Todos caminamos sin mirarnos las caras, buscamos un lugar para refugiarnos y sobre todo nos aislamos. Acá verdaderamente se invierna.Ana era muy buena para esto, no le gustaba el invierno, pero tampoco le gustaba el verano, ni la primavera, y mucho menos le gustaba el otoño. Era unaexistencialista sin cura, pero con hostia.
Tenia su propia liturgia para cada ciclo climático, en el invierno se sentaba frente a la ventana a mirar su propioreflejo, nunca nadie supo que miraba, los padres la habían etiquetado de autista, sus hermanos de apática, y sus abuelos de pensativa. Pero al decir verdad,ana no pensaba en nada, tampoco estaba aislada y no conservaba una actitud reacia. Solo se sentaba ahí por que era el lugar ideal para mirarse y mirar otracosa al mismo tiempo, un panorama difícil de conseguir. Por lo general hay gente que solo se mira a si mismo y otras que solo mirar para afuera, en este casoana miraba desde la ventana las dos perspectivas a ella y al mundo.
Solía pasarse horas con los ojos fijos sobre el vidrio, no pestañaba por miedo deperderse en un transe de ideas, o quien sabe por miedo a dormirse.
Una vez vio reflejada su pupila y a través de ella un pájaro que se asentaba en elalambrado que separaba su casa de la vivienda contigua, quedo perpleja, y pensó, ¿Es que en mis ojos se aposentó un pájaro o es que en mis ojos vive un ave?
Regístrate para leer el documento completo.