Se sentirán igual los pajaros

La tenue y con apariencia onírica luz del sol de las 6 de la tarde, se proyectaba directamente en su cara mientras caminaba todo lo largo de las vías del tren una tarde cualquiera de un jueves cualquiera. El estar rodeado de fábricas abandonadas y la coloración que tomaba el cielo a esas horas de la tarde que tanto le encantaban, hacían la combinación perfecta para encerrarse en su cabeza eimaginar que su vida en ese momento tenía un tema musical. Volviendo aún más tranquila aquella corta caminata desde su colonia de “alta sociedad” hasta aquél puente que parecía construido a lo idiota. El puente cruzaba de un lado de las vías al otro. ¡Carajo! ¿Que acaso era imposible esperar 5 minutos a que terminara de pasar el puto tren? De cualquier manera a él no le importaba mucho, solo queríallegar a sentarse en el punto más alto de aquella estructura sin sentido y dejarse ir dentro de si mismo.
¿Has oído la frase: Los años no importan, lo que cuenta es el kilometraje? Bueno, pues el era la viva definición. Para tener 15 años había vivido muchísimo, era lo que todos le decían, y el, lejos de afectarse, discretamente alzaba su ego al darse cuenta que eso no era un defecto, sino todo locontrario, una jodida virtud. Aunque existían momentos en los que le frustraba saber que le faltaba por vivir. Temía se un anciano a los 18 años. Finalmente llegó al pie del “puente peatonal”, volteó hacia arriba y comenzó a subir los escalones tapizados de graffiti.
Si, hacía algo de calor, pero siempre al llegar a sentarse en su parte preferida del puente, por alguna razón sentía el viento,pues no había barandales que evitaran el paso de este, y de manera irreal se refrescaba por completo, como cuando los caminantes encuentran un oasis en medio del desierto. No llevaba una vida marginal ni mucho menos, tampoco le faltaba dinero ni carecía de una familia, pero llevaba un ritmo de vida tan acelerado que de vez en mes ameritaba escaparse un ratito del mundo, aclarar sus ideas y valorar loque tenía. Justo en esos momentos era cuando el valoraba su historia y todo lo que el era, pues él juraba que estaba construido de momentos. Tal vez era cierto.
Volteó a ver al cielo y observó la estela de un avión que pasaba justo por encima de su cabeza, claro, como dos mil kilómetros mucho más arriba. Mientras pensaba que se sentiría volar una de esas cosas, recorría con su mirada el rastroque iba dejando el avión, y como era larguísimo, comenzó a dar pasos hacia atrás para poder verlo todo. Le encantaba como se veía ese punto blanco en medio de un infinito cielo azul, así se sentía el a veces, solo que con menos combustible y mucho más lento.¿ Que pasaría por la cabeza del piloto?¿ Podría el algún día volar a esa altura? ¿Se sentirán igual los pájaros? Todas esas preguntas lepasaban por la cabeza, mientras trataba de aclararlas en el mismo instante, incluso creyó escuchar un grito pero no le importó . Le faltó tiempo, o más bien le falto puente. Se excedió de pasos hacia atrás. Había llegado al borde de aquella estructura y nunca lo notó. Estaba muy concentrado en lo que estaba viviendo como para darse cuenta de que se dirigía a lo que podía significar su muerte. Como unfallido avión de papel que fabricó un niño de primaria con todo su esmero, su cuerpo se balanceó hacia atrás, con las manos inútilmente apuntando hacia el frente, intentando agarrarse mínimo del aire y con una expresión en el rostro similar a la de un niño cuando le quitan su sonaja.
Llegó un punto en el que su cuerpo se encontraba separado completamente del puente y con un boleto dirección alpiso. ¿Si ya estaba suficientemente estúpido el puente porque no pusieron barandales?. Putos ingenieros. Puto momento. Tremenda situación.
Ella es Sandy, morena, 19 años, tiene aspecto de gitana y un cuerpo fenomenal. Su nariz hace que su perfil parezca tallado por el mismísimo Dios. Por si misma era ya una ironía: Sus delineados ojos eran tan oscuros como el mas profundo de los abismos que existen...