Secretos de guerra
El 4 de junio de 2008 AmnistíaInternacional y defensoras de derechos humanos de México y EU urgieron al Congreso de ese país poner salvaguardias de derechos humanos en la Iniciativa Mérida, un paquete de cooperación para la seguridadentre EU, México y Centroamérica. Pero el gobierno de México se negó a aceptar que las denuncias de violaciones de derechos humanos cometidas por militares fueran transferidas a fiscales y vigiladaspor tribunales civiles.
A estas alturas, dada la corrupción e incapacidad de los gobernadores, la sociedad desesperada acepta que es mejor estar rodeada de 10 mil soldados que en manos de narcos,policías cómplices o ineficientes. Chihuahua, patria de los feminicidios mexicanos, vive un estado de excepción. Un experto en inteligencia militar asegura que el gobernador ha cedido el mando alEjército. Y aunque parte de ese Ejército hace un buen trabajo, otra no. Es la guerra.
Quizá no hubo más opción que recurrir al Ejército, por la pasividad y corrupción de nuestros cuerpos policiacos. Pero esono significa que la sociedad, y en particular las mujeres, deban ser “entregadas” como población ocupada, exenta de derechos. Más de 7 mil soldados controlan ciudades sin orden en la frontera. Lejosde sus familias, entrenados para someter y desconfiar, convencidos de que su fuero militar les da poder sobre cualquiera. Muchos ejercen violencia doméstica; viven al día, con miedo de morir,dispuestos a matar y a violar para desahogarse.
Cuando 19 soldados “se equivocaron” y masacraron en Sinaloa a la familia de Adán Esparza, las ONG exigieron más control. Sólo en Chiapas, 79 mujeres y niñas...
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