SECUELAS

¡SECUELAS!...

En el transcurrir de los días era común ver en las calles y las esquinas del barrio llenas de jóvenes y niños, pero es tanta la indolencia que prácticamente en cualquier momentoaparecía el mal llamado carro rojo o el jeep, que llegaban armados hasta los dientes repartiendo bala a diestra y siniestra, en un momento la única solución era taparse con los cadáveres de sus amigos opor la ultima con sus propios enemigos como le paso a mi parcero “Manoplas”, muchas veces salíamos desprevenidos del colegio y al llegar a casa o cerca a ella nos encontrábamos con escenas que nosdejaban estupefactos, impotentes y atemorizados con los cuadros que dejaba el paso de ellos, en las que Madres, Esposas, Hermanos y Amigos. estaban sumidos en el dolor pidiéndole a sus muertos algoimposible, como que se levantaran, que no los abandonaran, ya que muchas veces eran su único apoyo en lo económico, afectivo y sentimental y a veces su única protección no era imposible notar ladecadencia en la que se sumían los dolientes ya que ha sido una cadena que no se ha roto aunque se ha aplacado un poco es lo mismo pero camuflado o como decimos nosotros más “SORNEROS”. Sin pensar ni unsegundo que habían inocentes porque a nadie le decían algo; y así poco a poco nuestro barrio se iba consumiendo y convirtiendo en triste y lúgubre esto era inevitable pues las calles tomaron otro nombrecomo “la calle del crimen” o “la curva del diablo”, donde era común ver todo tipo de crímenes como violaciones, muertes por desmembramiento y en la peor de las veces , lanzados al río para asíquedaran en el olvido, vetadas como partes intransitables las cuales a quien se arriesgaba a pasar por ahí savia que estaba en peligro pues allí imperaba la ley del mas fuerte y mejor armado, aprender adefenderse no era un opción sino una obligación sobrevivir o morir, así se crearon grandes abismos entre la comunidad aún en común ver la desunión y la desconfianza ya que hay jóvenes que heredaron...