Secundaria
CAZADORA
Él no es de los que mueren, a él hay que matarlo.
The unforgiven, John Huston
Te equivocas sólo cuando hablas.
Don Juan, Carlos Castaneda
—Las sombras son asuntos peculiares —dijo de repente—. Habrás notado que una nos viene siguiendo.
Viaje a Ixtlan, Carlos CastanedaEl que lucha con monstruos tiene que tener cuidado de no transformarse él también en monstruo. Cuando estás mucho tiempo escrutando un abismo, éste al final acaba por escrutar en tu interior.
F.W. Nietzsche
Prefiero ser un meteoro, cada uno de mis átomos brillando en un espléndido fulgor, a un adormilado y permanente planeta.
1 Jack LondonVeo levantarse la mala luna, veo una amenaza en el camino.
2 Creedence Clearwater Revival
¿Y qué es de los niños que se escapan de casa?
3 Tom Waits
I
OTRO DÍA EN EL PARAÍSO
Fíjate bien, es otro día para ti y para mí en el Paraíso.
Phill Collins
1
El día en quecumplí los dieciocho años murió papá. Mejor dicho, eligió el día en que hacía dieciocho años para matarse, eso fue lo que sucedió. No fue una crueldad para amargarme el cumpleaños, fue un acto de piedad para con sus hijos, mi hermano menor y yo.
En realidad fue el amor por nosotros, un amor muy a su manera, lo que le hizo aguantar los años transcurridos desde que había muerto mi madre; si sólopor él hubiera sido se habría quitado la vida mucho antes, incapaz de soportar su triste suerte y el encierro sin esperanza en que se había transformado nuestra vida. Qué mal lo debió de pasar al faltarle la confianza que irradiaba mi madre y viendo que aquel intento de vivir apartado del mundo, sin permitir que nadie nos viese ni nosotros ver a nadie, era una pesadilla sin salida; comprendiendoque su vida había sido un fracaso absoluto, aceptando que él mismo había buscado su desgracia y que además era incapaz de sustraer a sus hijos de las consecuencias. Y así año tras año, aguardando en silencio a que yo cumpliese los dieciocho años, contando con que entonces ya sería una mujer hecha, capaz de afrontar la vida.
Yo no entendí nunca, qué iba a entender, el porqué de nuestroencierro. A mí en aquel entonces me daba igual cumplir años, pues en nuestra casa no celebrábamos ni santos ni cumpleaños ni fiesta alguna desde que mi madre había muerto.
Además me daba igual cumplir dieciocho que treinta y cinco, estaba convencida de que mi vida tenía que ser así, sin esperanza en el horizonte. Una vida encerrada en una finca separada del mundo por un alto muro coronado depuntas de vidrio y un portalón de madera gruesa y hierro, con la única compañía de una perra, un hermano menor al que le costaba hablar y un padre que casi no hablaba porque no quería y al que nunca le veías los ojos, cubiertos siempre por unas gafas negras.
A veces, no estando nosotros delante y pensando que no lo veíamos se quitaba las gafas y se frotaba los ojos. Lo había visto parar detrabajar estando él solo en medio de un campo, de espaldas a la casa, y hacerlo. Siempre deseé poder ver los ojos de mi padre y darle un masaje suave con infusión de manzanilla para ayudarle a descansar la vista fatigada o castigada por algún mal. Pero rara vez nos permitía acercarnos o tomar confianza. Ni siquiera a mí, que era la hija mayor.
No era una vida muy alegre ni con mucha compañía, ymenos viviendo en una casa en la que a veces por la noche se escuchaban voces que venían del desván clausurado. Aunque siempre se habían oído, desde que yo recuerdo, y por habituales hubieran debido resultarme algo natural, nunca me acostumbré a esas voces y siempre me dieron miedo. Eran voces inhumanas; quiero decir que no eran como las nuestras, tenían un timbre metálico.
De vez en...
Regístrate para leer el documento completo.