Sed de venganza

El caluroso y reluciente sol veraniego, ya se precipitaba lentamente sobre la inmensa cordillera que se dibujaba sobre el horizonte.
Mi hermana mayor empezaba a preparar la cena, y mi hermanapequeña Catherine, jugaba fuera. Mientras, mi padre luchaba por mantener vivo el vacilante fuego y yo miraba como cada tarde por la ventana trasera, esperando ver a mi madre aparecer, por el serpenteantecamino que conducía a la plantación. Pero ese día, mi madre tardaba más de lo habitual en llegar a casa, después de una fatigosa jornada de trabajo, bajo el mandato del ruin y explotador patronoWatson.
Cuando al fin pude observar la luz de su pequeña lámpara de aceite, mi corazón bajo de golpe su frenético ritmo y salí corriendo a recibirla, con los pies descalzos, dejando mis huellas al pasar.Pronto me di cuenta de que algo ocurría, un rio de lagrimas brotaba de los oscuros ojos de mi madre y cuando me acerque a ella se desplomo sobre el árido suelo provocando un golpe seco, que alerto a mipadre.
Intento contar lo que ocurría, pero su voz se quebró bajo un amargo sollozo, aun así, pudo producir dos palabras que cambiaron definitivamente la dirección de mi vida….”El abuelo…”.
Micorazón volvió a producir un latido galopante, y empecé a correr vertiginosamente hacia la cabaña de mi abuelo.
La cabaña se situaba en lo alto de una verde colina, desde la que se podía verperfectamente toda la costa. La brisa acariciaba las flores, los pequeños pajarillos canturreaban y el agua producía un sonido relajante. Yo no me detuve mucho en ello, en mi cabeza resonaban una y otra vez laspalabras de mi madre.
Encontré la puerta abierta, toda la casa revuelta y además de eso algo que perturbo aun mas mis pensamientos, un ambiente de melancolía y soledad en un extraño aire de….¡Muerte!
Corrí de nuevo hacia el corredor y allí inerte, tendido en el suelo, apagado y sin vida yacía mi abuelo, con un frio cuchillo clavado en el pecho y un gran charco de sangre rodeándole....