SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pedro (1 Pe 1, 3-9)
Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, por su gran misericordia. Al resucitar a Cristo Jesús de entre losmuertos, nos dio una vida nueva y una esperanza viva. Reservaba para ustedes la herencia celestial, ese tesoro que no perece ni se echa a perder y que no se deshace con el tiempo. Y los protege elpoder de dios, por medio de la fe, con miradas a la salvación que nos tiene preparada para los últimos tiempos.
Por esto estén alegres, aunque por un tiempo tengan que ser afligidos con diversaspruebas. Si el oro debe ser probado pasando por el fuego, y es solo cosa pasajera, con mayor razón su fe, que vale mucho más. Esta prueba les merecerá alabanza, honor y gloria el dÍa en que se manifiesteCristo Jesús.
Ustedes lo aman sin haberlo visto; ahora creen en él sin verlo, y ahora se sienten dueños de una alegría inefable y celestial al tener ya ahora eso mismo que pretende la fe, lasalvación de sus almas.
Los profetas hablaron de ese favor que ustedes iban a recibir y se preguntaron o quisieron saber más al respecto. El espíritu de Cristo estaba en ellos y les descubría de antemano lossufrimientos de Cristo y la gloria que iba a alcanzar, pero ellos se preguntaban quién seria y cuándo se realizaría eso. Estaban preparando lo que mantiene a los ángeles su suspenso, y que ahora lesha sido anunciado a ustedes por sus evangelizadores, al mismo tiempo que el Espíritu Santo les era enviado desde el cielo. Y les fue revelado que todo esto seria, no para ellos, sino para ustedes.Por tanto, tenga listo su espíritu y estén alerta, poniendo toda su esperanza en esta gracia que será para ustedes la avenida gloriosa de Cristo Jesús. Si han aceptado la fe, no se dejen arrastrar yapor sus pasiones como lo hacían antes, cuando no sabían. Si es santo el que los llamó, también ustedes han de ser santos en toda su conducta, según dice la Escritura: Sean santos, porque yo soy...
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